Un elemento químico inusual que se usaba para crear el hormigón ayudó a que las obras romanas duraran miles de años.
Muchas de las construcciones creadas en tiempos de la Roma antigua
siguen en pie después de más de 2.000 años y los científicos siempre se han preguntado por el secreto de la milagrosa fórmula de su hormigón,
resistente a todas las tempestades. Ahora, un equipo de científicos de EE.UU., Italia y China parece haberse acercado a la resolución de este misterio tras analizar con un sincrotrón de rayos X del Laboratorio Nacional de Berkeley (California) muestras de este material extraídas de una construcción marina romana.
Los resultados de su investigación,
publicados en la revista científica 'American Mineralogist', han asombrado al equipo, dado que el hormigón romano resultó contener un mineral llamado phillipsita, común en las rocas volcánicas, con
cristales de tobermorita de aluminio que crecían a partir de él.
Comentario: Si uno conoce el historial de la OTAN de utilizar a grupos extremistas, nacionalistas, que utilizaban tácticas terroristas para alcanzar sus fines, en lo que se conoce como la Operación Gladio, no sería tan descabellado pensar que este grupo haya mantenido una buena relación con la organización atlántica desde esos tiempos y que haya, precisamente, cumplido el mismo fin que el de los ejércitos secretos de la OTAN, conocidos como 'stay behind'. Si tenemos en cuenta la influencia de Washington en Ucrania, donde colaboró directamente con grupos neofascistas herederos del nazismo en la región, sería bastante posible que la OTAN todavía mantuviera contacto con estos grupos, con el fin de utilizarlos en la medida en que fuera necesario. Por ende, no es de extrañar que la OTAN les haya brindado un homenaje, pero es bueno que nosotros conozcamos quiénes eran y cuáles fueron sus acciones.