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Cosmos, virus y el regreso de la Peste Negra
Sabemos que el período comprendido entre los años 500 y 1300 vio un cambio importante en la dieta que afectó a la mayor parte de Europa, un período que precedió a la Peste Negra. Una agricultura intensiva, ocupando cada vez mayor superficie, resultó en un cambio desde la ingesta de carne a ingerir varios granos y verduras como el alimento básico de la mayoría de la población. La carne era más cara y por lo tanto más prestigiosa y, por lo general en la forma de animales de caza; era común sólo en las mesas de la nobleza que, de acuerdo con algunas crónicas, apenas se vio afectada por la Peste Negra. Así que muy bien podría ser que el consumo de carne es una protección nutricional contra enfermedades de diversas índoles, incluyendo la Peste Negra (el registro arqueológico del Paleolítico ciertamente apoya esta idea).
Sabemos que los granos son fuentes de gluten, una proteína que es bastante difícil de digerir y a la cual cada vez más personas son intolerantes por su hibridación moderna para fines industriales. Los antinutrientes tales como las lectinas en granos son conocidos por ser tóxicos. La lectina de trigo es conocida por ser pro-inflamatoria, inmunotóxica, neurotóxica, citotóxica, cardiotóxica y puede interferir con la expresión de los genes, alterar la función endocrina, puede afectar negativamente a la función gastrointestinal y - sorpresa -las lectinas comparten similitudes patogénicas con ciertos virus. Una población con el pan como alimento básico es, sin duda, susceptible a la enfermedad y, en última instancia, a la pandemia.
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