En general, somos torpes a la hora de detectar mentiras y tendemos a creer que los demás dicen la verdad con más frecuencia de la que deberíamos. De hecho, los estudios sobre detección de mentiras suelen describir nuestra tendencia a creer a otras personas como un error de juicio.
Aunque parezcamos irremediablemente malos a la hora de detectar mentiras, la teoría del Detector de Mentiras Adaptativo (ALIED) afirma que, en realidad, hacemos juicios inteligentes y bien informados. Este artículo explora la teoría ALIED y sus implicaciones para quienes deseen pillar a un mentiroso.
Los seres humanos tendemos a creer que los demás nos dicen la verdad con mayor frecuencia de lo que realmente lo hacen, efecto al que suele denominarse comúnmente
"sesgo de verdad" (Bond y DePaulo, 2006). De acuerdo con la teoría spinoziana de la mente (Gilbert, Krull y Malone, 1990), no podemos evitarlo. Esta teoría afirma que comprender cierta información y creerla son la misma cosa. Es un proceso que tiene lugar de manera automática e incontrolable, lo que conlleva que, a veces,
caeremos en el error de tomar mentiras por verdades. Para poder reetiquetar cierta información como falsa necesitamos esfuerzo y tiempo. Por tanto, cuando la gente carece de los recursos necesarios (y no puede reetiquetar la información como falsa),
debería mostrar un sesgo de verdad, tal y como se observa en la literatura (Gilbert y col., 1990).
La teoría del Detector de Mentiras Adaptativo (Adaptive Lie Detector o ALIED; Street, 2015) sugiere que, por el contrario, las personas no carecemos de control sobre este sesgo. En realidad, hacemos inferencias inteligentes y bien informadas. ALIED afirma que, si hay buenas pistas para saber si alguien está mintiendo o no, la gente utilizará esa información; pero que, en su ausencia, la gente hace un "juicio informado" basándose en su comprensión de la situación (Figura 1).
El llamado sesgo no es más que el producto de este juicio informado.
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