Traducido por el equipo de SOTT.net en español(canadá) -
La aurora boreal suele ser verde y a veces roja. Esos son los colores que vemos cuando el oxígeno es golpeado por electrones que caen desde el espacio durante una tormenta geomagnética. El viernes por la noche, sin embargo, Harlan Thomas de Calgary, Alberta, fue testigo de un color diferente: azul intenso.
© Harlan Thomas
"Ver estos increíbles pilares azules era algo fuera de este mundo", dice Thomas.
En las auroras,
el azul es un signo de nitrógeno. Las partículas energéticas que golpean el nitrógeno molecular ionizado (N2+) en altitudes muy altas pueden producir un brillo azul que rara vez se ve durante las manifestaciones aurorales. En este caso, fue el resplandor de un impacto de la CME.
El CME dejó el sol el 6 de mayo, impulsado en nuestra dirección por una explosión en el dosel magnético de la mancha solar AR2740. Cuando finalmente llegó el 10 de mayo, la lenta nube de tormenta sacudió el campo magnético de la Tierra, provocando
una pequeña tormenta geomagnética de
clase G1. Las auroras fueron avistadas en partes de Canadá, así como en Estados Unidos, como
Michigan y
Minnesota.
"
Para colmo, STEVE también apareció durante varios minutos", dice Thomas, que lo capturó en esta toma:
Comentario: Esta última frase es particularmente interesante, lo que Mark Drinkwater está diciendo es lo siguiente: El hecho de que el glaciar esté creciendo, lo cual indicaría una reducción de derretimiento y por ende un enfriamiento del planeta y no un calentamiento, es en realidad una cortina de humo que esconde el hecho de que el glaciar sí se está derritiendo.
Es decir, intenta decir que el no derretimiento del glaciar en realidad no significa que no se esté derritiendo. Que eventualmente, a largo plazo, el glaciar se va a derretir y que deberíamos ignorar la realidad de los últimos 16 años en Groenlandia.