Tomado desde el blog Noticias de abajo.
Después de mi experiencia en el sistema hospitalario y viendo el debate en torno a la vacunación desde ambos lados, está claro que este asunto todavía no está resuelto, a pesar de lo que sugiere la profesión médica.
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La historia de la vacunación es mucho más complicada de lo que pudiera parecer en un principio. El movimiento contra la vacunación se remonta a varios cientos de años, y tuvo su momento culminante en torno a 1800, cuando los
padres del Reino Unido se mostraron hartos de que sus hijos sanos enfermaran, murieran o contrajeran poco después de la vacunación de la viruela la misma enfermedad para la que habían sido vacunados.
Los padres y los médicos que rechazaron las vacunas de la viruela, se arriesgaron a perder su casa, sus enseres, su medio de vida, o a ser encarcelados, si un juez se interponía en su camino.
Las vacunas de la viruela se hacían con el pus recogido al raspar las llagas del vientre de las vacas enfermas, que podían estar contaminadas por materiales procedentes de otros animales, o incluso de otras personas. La historia de la vacuna de la viruela quizás no sea la que usted piensa que es.
Se supone que los médicos y personas que administran las vacunas lo hacen con un consentimiento informado antes de vacunar. Pero
tal consentimiento informado no es posible porque no se da a los padres toda la información necesaria para que puedan entender las cuestiones más importantes.
Yo nunca digo a la gente si debe vacunarse o no; nunca les digo que no se vacunen.
Lo que pretendo es que entiendan el por qué de las vacunas y a partir de ahí tomen una decisión personal. Esta no ha sido la postura de los Servicios Públicos de Salud. De hecho, hay numerosa documentación que indica lo contrario, que se trata de obviar cualquier duda que pudiera surgir, fuera ésta fundamentada o no.
En el documento que aparece más abajo, que pertenece a los Servicios Públicos de Salud estadounidenses, del año 1984, se establecen las directrices para la campaña de vacunación de la polio, después de tres décadas de controversia.
"Ante las posibles dudas, aunque tengan fundamento, sobre la seguridad de las vacunas, no se tendrán en cuenta, ya que hay que asegurar la continuidad de la vacunación para el cumplimiento de los objetivos propuestos por los Servicios Públicos de Salud”.
Pues bien, determinadas prioridades han puesto en peligro numerosas vidas por la administración de vacunas, algo que ha sido pasado por alto por los responsables de las políticas de vacunación.
Todavía existe un gran desconocimiento sobre los fundamentos científicos de las vacunas. Todavía no he encontrado a un pediatra que entienda ambos lados del debate para así dar la información que permita un consentimiento informado. La inmunidad infantil ha sido mal entendida por los inmunólogos, algo que reconoce la ciencia Inmunológica. Sólo recientemente se han podido contestar a algunas importantes preguntas sobre por qué el sistema inmunológico infantil no funciona como el de los adultos. Hay muy buenas razones por las cuales su sistema inmunológico presenta una mayor tolerancia, y la respuesta es que
no debemos interrumpir el proceso con aluminio y vacunas para acelerarlo.
Comentario: Si desea saber más sobre la Kinesiología Aplicada, le sugerimos escuchar el programa SOTT Salud y Bienestar (en inglés) de la semana pasada donde relatan más experiencias y aspectos importantes de la Kinesiología Aplicada.