Comentario: Esta es la continuación de una entrevista hecha por The Street Spirit al periodista de investigación Robert Whitaker, publicada en el blog Noticias de abajo. Lea la primera parte AQUÍ y la segunda parte AQUÍ.
El periodista de investigación Robert Whitaker, autor de La locura en Estados Unidos, ha llevado a cabo una investigación de cómo los medicamentos psiquiátricos producidos por la Industria Farmacéutica están poniendo en peligro a los ciudadanos al encubrir el sufrimiento, la angustia y las enfermedades causadas por la gran cantidad de estos medicamentos antidepresivos y antipsicóticos que se prescriben.
Whitaker expone las enormes mentiras y los encubrimientos que ha permitido corromper el proceso de revisión de los medicamentos por parte de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la manipulación de estudios de investigación, que dando la vuelta a los resultados han ocultado los graves peligros e incluso mortales efectos secundarios. Se refiere a medicamentos tales como el Prozac, Zoloft, Paxil y Zyprexa.
SS: En vista del fracaso de la FDA para advertirnos de los peligros del Prozac, ¿por qué esa inoperancia en los recientes casos de suicidios de jóvenes que fueron tratados con antidepresivos como Paxil? ¿No actuaron mucho mejor las autoridades de salud mental de Inglaterra que su contraparte estadounidense al advertir de los impulsos suicidas cuando se administran antidepresivos a los jóvenes?
RW: Sí, se trata de una histiria trágica. Se trata también de un historia sórdida. Veamos qué pasó con estos jóvenes y los antidepresivos. El Prozac llega al mercado en 1987. A comienzos de 1990 las Empresas Farmacéuticas que fabricaban estos fármacos se preguntaron: ¿Cómo podemos ampliar el mercado de los antidepresivos? Porque esto es precisamente lo que quieren hacen las Empresas Farmacéuticas, llegar al mayor número de personas. Vieron que tenían un mercado sin explotar en los jóvenes. Así que empezó el tráfico de fármacos entre los adolescentes. Y tuvieron éxito. Desde 1990, el uso de antidepresivos entre los adolescentes subió algo así como 7 veces. Su prescripción se inició de cualquier manera.
Ahora bien, los ensayos en los jóvenes con los antidepresivos demostraron no ser más eficientes que un placebo. Esto lo pudieron comprobar una y otra vez en los ensayos clínicos que se realizaron. Por lo tanto, esto habla de que no hay una verdadera razón terapéutica para emplearlos en los adolescentes, ya que estos fármacos ni siquiera frenan los síntomas a corto plazo mejor que el placebo, y sin embargo están causando muchos efectos adversos.
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