Traducción por el blog Noticias de abajo.
Poco a poco, y por fin, los fabricantes de productos químicos han empezado a retirar el bisfenol A (BPA), que es un conocido disruptor endocrino, del plástico de los productos que venden. Sunoco ya no vende BPApara los productos utilizados por los niños menores de tres años. Francia ha prohibido la utilización de BPA en los envases de alimentos. La Unión Europea ha prohibido el Bisfenol A en los biberones. Estas prohibiciones y retirada de productos es el resultado de una épica investigación científica y una intensa campaña por parte de los grupos de defensa ambiental.
Sin embargo, esta serie de restricciones no suponen una victoria para la salud humana. Ni siquiera suponen pérdidas para la Industria Química.
Códigos de identificación y símbolos de los diferentes tipos de plástico. De la lectura del artículo se desprende que uno no puede fiarse siquiera de los plásticos que son considerados más seguros. Los sistemas de regulación de los productos químicos están fallando estrepitosamente. Cabe poner en duda, por tanto, la labor de las Agencias de Regulación
Por un lado, la Industria Química ahora se beneficia de la venta de productos libres de BPA con un incremento en el precio. Esto se hace generalmente utilizando
otro producto químico sustituto, el BPS, que las actuales investigaciones sugieren que es aún más peligroso para la salud que el BPA. Pero desde luego, el BPS ha sido menos estudiado que el BPA, de modo que es probable que pasen muchos años antes de que se puedan reunir las suficientes pruebas para su prohibición.
Pero el verdadero escándalo del BPA es que esto se viene repitiendo una y otra vez: se prohíben los productos sintéticos o son retirados del mercado, pero enseguida son sustituidos por otros que son igual de perjudiciales, e incluso peores. Los neonicotinoides, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) les hace responsables de una
enorme catástrofe ambiental, están siendo sustituidos por los plaguicidas organofosforados. Los organofosforados ya habían sido anteriormente los sustitutos del DDT y otros plaguicidas organoclorados, de cuyos efectos muchas especies de aves sólo se empiezan a recuperar ahora.
Así que la pregunta más importante y urgente es la siguiente: si las prohibiciones de productos químicos no son efectivas ( o incluso peores), ¿qué debemos hacer cualquiera de nosotros para protegernos, y a los demás, de los retardantes de llama, de los pesticidas, de los herbicidas, de los disruptores endocrinos, de los plásticos y un largo etcétera, pero que no esperan recibir ayuda de los Gobiernos ni de aquellos que contaminan?
¿Cuál será la estrategia básica eficaz para la protección de las personas y de los ecosistemas frente a la exposición de sustancias tóxicas? ¿El objetivo debiera ser la reducción de la exposición de toda la población o la venta de una menor cantidad de productos químicos? ¿O se debiera extender la prohibición, afectando a clases químicas enteras? ¿O se debieran prohibir para usos específicos (por ejemplo, en todos los alimentos y en la agricultura)? ¿O prohibir el uso de productos químicos en algunas zonas en particular (por ejemplo, en zonas cercanas a las escuelas)? ¿O tal vez fuese mejor solicitar el desmantelamiento de las Agencias de Regulación ( con o sin su sustitución), tales como la actual EPA (Agencia de Protección Ambiental)? ¿O debiera considerarse el homicidio químico como un crimen legalmente establecido? ¿O todo lo anterior en su conjunto? Y por último, pero no menos importante, ¿cómo se podrían lograr estos objetivos dado el Régimen político y económico actual?
Comentario: Muy buena pregunta. Pero en un mundo donde nuestros gobiernos hacen de todo para obedecer a las corporaciones (muchas veces porque existen grupos de presión que insisten para disminuir las regulaciones o pasar por alto las evidencias), es difícil poder esperar a que las instituciones de regulación realmente hagan algo para detener todo este espectáculo de contaminación que ha conducido, literalmente, a una catástrofe sanitaria global. ¿No creen que sea tan grave? Tan solo vean el exponencial aumento de enfermedades de todo tipo, desde las consideradas "físicas" hasta las más "psicológicas", y se darán cuenta de que realmente es grave que estemos tan enfermos. Por supuesto que hay muchos factores en juego además de la contaminación por productos químicos (como el estilo de vida desconectado, aislado, acelerado, etc., que llevamos), pero quizás esta toxicidad representa una gran parte de todas las posibles causas que, combinadas, llevan a una humanidad enferma.
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