Hay una cierta tendencia a asumir que
cuando algo es "vegetal" es saludable, cuando lo verdaderamente importante es como afecta ese alimento a tu organismo. Se ha considerado que el tipo de ácidos grasos de los aceites vegetales son beneficiosos, y así nos lo han hecho saber tanto las autoridades sanitarias como los medios y las empresas que los comercializan. Si lejos de las recomendaciones, nos fijamos en como nos afectan fisiológicamente esos aceites a nuestro organismo, seguramente, cambiemos de idea.
Los aceites vegetales de semillas como
el aceite de soja, girasol, maíz, aceite de colza y de cáñamo contienen una gran cantidad de omega 6, en las dietas occidentales la proporción de omega 6/omega 3 es 15/1-16.7/1 cuando lo tolerable sería que fuese 4/1 y lo ideal 1/1. Significa que somos deficientes en ácidos grasos omega-3, y tenemos una cantidad excesiva de ácidos grasos omega-6.
Esta descompensación entre el ratio de omega 6/omega 3 se deben en gran medida al uso de aceites de semillas con alto contenido en omega-6 o ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) y nulo aporte de omega 3. Lo que
promueve la patogénesis de muchas enfermedades, incluyendo enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, artritis, asma, cáncer, enfermedades inflamatorias y autoinmunes. Simplemente reduciendo el consumo de aceites de semillas reduciríamos considerablemente nuestro ratio omega6/omega3, y con ello, el riesgo de muchas de las enfermedades crónicas de alta prevalencia en las sociedades occidentales.
Comentario: Ya sea por medio de una campaña médica o debido al brote espontáneo de una nueva cepa del virus, nunca descartemos que estos mismos filántropos busquen cómo lucrar de la enfermedad de millones de personas.
En cualquier caso, la mejor estrategia es protegernos fisiológica y mentalmente. Esto fue algo que discutimos en nuestro último programa de SOTT Radio Network en español: