Las personas adultas que durante su infancia tuvieron más contacto con espacios naturales podrían tener una mejor salud mental que aquellas que estuvieron menos expuestas a la naturaleza, según concluye un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por "la Caixa", que ha sido realizado en cuatro ciudades europeas.
© Creative CommonsMuchos niñas y niños en Europa acostumbran a llevar un estilo de vida basado en espacios interiores.
La exposición a espacios naturales al aire libre se ha asociado con
diversos beneficios para la salud, como un mejor desarrollo cognitivo y un mejor bienestar mental y físico. Sin embargo, pocos estudios han explorado el impacto de la exposición a entornos naturales durante la infancia en la salud mental y la vitalidad en la edad adulta.
Además, los estudios sobre espacios verdes -jardines, bosques, parques urbanos, etc.- son más abundantes que en el caso de los espacios azules -canales, estanques, arroyos, ríos, lagos, playas, etc.-.Este nuevo trabajo, publicado en la revista
International Journal of Environment Research and Public Health y que forma parte del
proyecto PHENOTYPE, se realizó a partir de los datos de cerca de
3.600 personas adultas de Barcelona (España), Doetinchem (Países Bajos), Kaunas (Lituania) y Stoke-on-Trent (Reino Unido).
Los participantes respondieron un cuestionario sobre la
frecuencia de uso de espacios naturales durante la infancia, incluyendo tanto las visitas intencionadas -por ejemplo, salidas a la montaña- como las no intencionadas -como jugar en el jardín de casa-. También se les preguntó sobre la
cantidad, uso y satisfacción de espacios naturales alrededor de su vivienda, así como la importancia que le dan en la actualidad.
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