Andrea murió el sábado pasado. Me enteré por un comentario que ha publicado un familiar suyo en la noticia en la que contábamos que estaba en coma:
"Desgraciadamente, Andrea ya no está con nosotros, ahora queda intentar que esto no le pase a ninguna familia más", escribe esta persona.
© Desconocido
Desde entonces están sucediéndose las condolencias, de la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP), de profesionales sanitarios, de madres de otras niñas afectadas y por suerte vivas, de ciudadanos indignados, etc. Como se duelen desde la AAVP:
"ha muerto otra niña más a causa de esta vacuna -[marca Gardasil, fabricada por la alianza entre laboratorio Sanofi Pasteur MSD (Merck, Sharp & Dohme)] y nos preguntamos cuántas más tendrán que morir y cuántas más tendrán que padecer sus graves efectos adversos antes de que las Autoridades Sanitarias reconozcan lo que está sucediendo y se investigue con rigor el porqué de estos efectos. Desgraciadamente el sábado tuvo que morir Andrea. Su muerte creemos que podría haberse evitado si los responsables de velar por su salud hubieran actuado con la debida diligencia y cautela".
Como sabéis los que seguís el blog, Andrea era asmática pero nunca había tenido crisis tan serias como las ocurridas tras vacunarse con la
vacuna del Virus del Papiloma Humano (VPH). Seis días después de recibir la primera dosis, presentó unos síntomas similares a los que habían padecido
otras jóvenes al ser vacunadas: dolores de cabeza intensos e incapacitantes, molestias gástricas, incapacidad para ponerse en pie, etc. Todo ello, acompañado de una crisis aguda de asma, por lo que tuvo que acudir al servicio de urgencias de Gijón donde lograron estabilizarla. Los padres de la joven comunicaron en el hospital que le habían puesto la vacuna del papiloma hacía unos días.
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