El terremoto de 6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter que sacudió el pasado viernes la región noroccidental china de Xinjiang, causó pérdidas de 523,5 millones de yuanes (82,7 millones de dólares) pese a que su epicentro estaba en una de las zonas más despobladas del país, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.

Unas 144.000 personas se vieron afectadas por el seísmo en los distritos y ciudades de Hotan, Aksu y Kashgar, habitadas por etnias de religión musulmana como los uigures, pero no hubo muertos ni heridos, según los gobiernos locales.

De esos afectados, 36.641 tuvieron que ser evacuados por daños en sus viviendas, y algunas de ellas quedaron destruidas, añadió la información.

Las autoridades regionales han dispuesto material de ayuda humanitaria para los afectados en forma de tiendas de campaña, mantas, abrigos y 200 toneladas de alimentos.

El epicentro del seísmo se situó a 39,4 grados latitud norte y 81,3 grados longitud este, y a 30 kilómetros de profundidad, en el centro del desierto de Taklimakan, una de las zonas con menor densidad de población en China.

El oeste de China (regiones de Xinjiang y Tíbet) es una zona de alta actividad sismológica debido a la fricción en la zona de las placas tectónicas india y asiática, aunque muchas veces estos seísmos no causan víctimas, al producirse en lugares desérticos o poco poblados.