Psicopatía
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No sabemos realmente con exactitud cuántos psicópatas existen en el mundo; identificar a esta clase de enfermos es difícil, para la gente común y corriente. Más fácil es reconocer a un psicótico (loco). En el Perú citemos el reciente caso del holandés Joran Van der Sloot. Si la confiada Stephany Flores hubiera percibido que estaba frente a un psicópata, la historia habría sido diferente.

La psicopatía es un trastorno de la personalidad que tiene componentes genéticos. Los enfermos no siempre hacen daño físico pero si emocional. Pueden llegar a causar mucho sufrimiento a su familia, amigos y extraños. Por estar integrados en la sociedad no es fácil detectarlos. En cambio los psicóticos son marginados fácilmente del grupo social.

Por eso es importante la medición y evaluación de la psicopatía en la niñez y adolescencia mediante la Psychopathy Checklist: Youth Version o PCL:YV (Forth, Kosson, & Haré, 2003). La PCL:YV es una adaptación de la PCL-R de adultos (Haré, 2003) y busca evaluar rasgos psicopáticos en adolescentes entre 12 y 18 años. Al igual que la PCL-R consta de 20 ítems orientados a evaluar rasgos conductuales.

Los psicópatas carecen de empatía hacia las personas normales, ya que su conciencia moral es débil o inexistente. Resiste sin esfuerzo a toda regulación, incapaz de ver más allá de su interés personal o de adoptar estándares de lo correcto contra lo incorrecto. Son los enfermos más peligrosos que existen porque perciben a las personas como objetos.

Utilizan hábilmente su habilidad para manipular en el trabajo, la familia, entre amigos, para obtener un beneficio. Son egoístas y egocentristas. Pueden llegar a matar por dinero y repetir su conducta sin mayor represión. Egocentrismo es sentirse el centro del mundo y de los acontecimientos. Es querer ser el más importante. Egoísmo es sentirse, no sólo el centro, sino el único en el mundo, como si no existieran otros seres en el mundo.

La psicopatía desde los puntos de vista clínico y criminológico define que estas personas sufren de un trastorno antisocial severo, crónico y difícil de tratar. Generalmente se trata de delincuentes adultos que tienen una alta tasa de delitos, alta probabilidad de delitos violentos, alta proporción de reincidencia y mala respuesta al tratamiento (Essau, Sasagawa & Frick, 2006; Romero, Luengo, Gómez-Fragüela, Sobral & Villar, 2005).

Se refiere también a personas que poseen un estilo de vida antisocial, que no son delincuentes habituales sino que implican encanto y habilidad para manipular, engañar y usar diferentes estrategias para alcanzar sus propósitos. Estas personas usarán la violencia cuando el encanto, la manipulación, y la intimidación no sean efectivos (Haré, 2003).

La psicopatía se conceptualiza a través de dos enfoques: uno clínico y otro conductual. La tradición clínica, recogida en parte en los criterios de la CIE-10 para la Personalidad Disocial (Organización Mundial de la Salud, 1992), enfatiza la presencia de rasgos de personalidad como falta de empatía, afectividad y de remordimientos.

La tradición conductual se refiere a los comportamientos trasgresores públicamente observables en una conducta antisocial reiterada, cuyos indicadores se reflejan en el Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) descrito, con algunas variaciones, en las sucesivas versiones del DSM desarrolladas por la Asociación de Psiquiatría Americana (Romero, 2001).

El enfoque de Haré sobre la psicopatía (1991, 2003) es el que ha generado mayor consenso. Incluye dos grandes factores: (a) uno referido a características personales y afectivas, rasgos de egocentrismo, falta de sinceridad, insensibilidad y falta de remordimientos; (b) el segundo integra los aspectos conductuales a través de la evaluación de un estilo de vida desviado con conductas antisociales manifiestas.

En la segunda versión de este enfoque, Haré (2003) propone una nueva estructuración en la cual subdivide cada uno de los dos factores originales en dos facetas más específicas; los cuatro factores son: Afectivo, Interpersonal, Estilo de vida y Antisocial, y están asociados a ítems específicos del Psychopatic Checklist Revised (PCL-R), instrumento que representa esta concepción de la psicopatía adulta.