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© DesconocidoVista de las cabinas de terapia criogénica.
Es bien sabido que las bajas temperaturas aplicadas en el cuerpo tienen un efecto desinflamatorio. Después de sufrir un golpe o una lesión muscular, la recomendación inmediata es aplicar hielo en la zona lastimada.

Lo que regularmente no se conoce es que el frío puede traer otros grandes beneficios, estéticos y de salud, tales como la mejora del estado anímico, el alivio del dolor crónico, el tratamiento de la celulitis y la pérdida de peso;
y que actualmente existe una tecnología disponible en la ciudad para aplicar la terapia en frío o crioterapia.

Se trata de una cabina criogénica, fabricada a base de poliuretanos, que emite nitrógeno en forma de vapor. La persona a tratarse ingresa en ropa interior y la estructura se ajusta para cubrirla hasta la altura de los hombros. Una vez que se deja fluir el gas, la temperatura al interior de la cabina alcanza los 160° bajo cero.

Pero no hay que alarmarse. Al tratarse de vapor y tener una duración máxima de tres minutos, el efecto es subcutáneo, es decir, que el frío no logra ingresar a los tejidos. A esa temperatura ambiente, la piel llega a alcanzar los cero grados, lo que provoca una revolución a nivel interno.

Einar Álvarez, de Cryo-Body, explica que ante el shock térmico inmediato y radical, el cerebro entra en estado de alerta y comienza a segregar las llamadas hormonas de la felicidad - serotonina, dopamina, adrenalina y endorfinas - y la circulación sanguínea se acelera al triple; es parecido a abrir el agua fría después de una ducha con agua caliente.

A partir de esos procesos se generan todos los beneficios, que "básicamente son cuatro", señala Álvarez: primero, aliviar el dolor crónico a personas con degeneraciones, problemas de artritis reumatoide, fibromialgia o dolores postoperatorios.

Después está la aceleración de los procesos para curar lesiones, esguinces o contracturas, lo que también sucede gracias a la fuerte circulación sanguínea.

El tercer aspecto benéfico es de línea estética, pues las bajas temperaturas son excelentes para reafirmar y tonificar la piel, de modo que la crioterapia contribuye a eliminar la celulitis y las várices. Además, ayuda al control y reducción de peso, ya que otra reacción natural del cuerpo ante el frío intenso es quemar calorías para mantenerse templado por dentro: en cada sesión de tres minutos se consumen entre 500 y 850 calorías.

Y finalmente, aunque no menos importante, está el fortalecimiento del sistema inmune, y con esto la reducción del estrés y depresión. La segregación de las hormonas antes mencionadas provoca que las personas en estado depresivo salgan más rápido sin necesidad de medicamento, y aquellas con mucha tensión, se relajen.

Diagnóstico médico

La cabina criogénica no es una novedad en términos estrictos, ya que se utiliza en países europeos y en Japón desde hace alrededor de 30 años. Sin embargo, en México acaba de ser lanzada por la empresa Cryo-Body - con base en Guadalajara - , después de un periodo de investigación de dos años.

Debido a la necesidad de contar con un análisis clínico de las personas interesadas en la crioterpaia, médicos certificados operan las cabinas, a las que la empresa denominó Chill Out.

Actualmente existen dos cabinas en funcionamiento en Guadalajara, y dos por inaugurarse a finales de este mes. Próximamente también, la empresa expandirá sus horizontes hacia Cancún, Tijuana y Monterrey.

El costo de la sesión oscila entre los 700 y mil 200 pesos, según el número de sesiones recomendadas por el médico.