Tratar de mejorar, esforzarse, fijarse metas y buscar la superación es positivo para el aprendizaje. Pero, ¿y cuando nunca es suficiente?, cuando la persona se convierte en esclava del éxito, - o si no logro ser el mejor en esto - he fracasado, entonces el perfeccionismo se convierte en una conducta muy autodestructiva.
¿Esfuerzo o Perfeccionismo?
El que algo quiere algo le cuesta, como dice el refrán. Una persona puede ser exigente consigo misma, esforzarse para conseguir un objetivo, esto no es negativo sino todo lo contario.
El problema viene cuando nunca es suficiente, cuando no importa lo bueno que se consiga porque "tendría que haber sido mas". Cuando los logros personales se miden con los de otros para criticarse, cuando la persona en lugar de felicitarse por lo que consigue se critica por lo que aún no logró. Cuando el éxito es necesario, y el error imperdonable.
Cuando esto sucede la persona tiene un problema que puede derivar en estrés crónico, depresión, ansiedad, aumento de la tensión arterial, dificultades para concentrarse y dormir. El problema del perfeccionista es que no puede admitir que la perfección no existe.
El perfeccionista no nace, se hace, es una conducta aprendida. Generalmente comienzan a manifestar estos rasgos a edades tempranas y el comportamiento va avanzando.
La presión que muchos niños reciben de sus padres para que sean "los mejores" en el colegio, o en los deportes, puede llegar a convertirse en un motivo de estrés para los niños. Hay niños que temen decepcionar a sus padres si no logran ser los mejores en alguna actividad.
El perfeccionismo como arma
Algunos padres/tutores o profesores, pueden usar esta conducta como forma de crear culpabilidad en el niño y así generar esfuerzo a costa de presionar y exigir. Este tipo de conductas pueden ser muy negativas para un niño todavía inmaduro que puede no saber lidiar con el estrés.
Un niño que recibe presión y crítica a sus errores de forma constante estará predispuesto a desmotivarse, a sentir tristeza, desesperanza y depresión.
La capacidad de adaptación es parte de la inteligencia, de la flexibilidad y de la capacidad para improvisar. Cuando una persona es perfeccionista se convierte en un esclavo de sus propias exigencias, la flexibilidad desaparece para dejar paso a la rigidez.
Los niños y adolescentes disponen de menor madurez y herramientas mentales para enfrentarse a los adultos. Si se incita a un niño a ser perfeccionista, si se le critica cada cosa que hace mal sin aplaudirle cada cosa que hace bien, estaremos ante personas que pueden sentirse dañadas psicológicamente. Frustración, sensación de depresión, abandono, soledad, y todo tipo de emociones negativas.
El perfeccionismo va calando y crea personalidades obsesivas, reduce la alegría y el aprendizaje de nuevos conocimientos. Cuando uno solo está enfocado en ganar a toda costa es muy probable que descuide detalles de su entorno que pueden ser importantes.
El psicólogo Randy O. Frost del Smith College lleva dos décadas estudiando el perfeccionismo y sus dimensiones. Las siguientes frases son parte de su análisis.
- Otras personas parecen aceptar estándares o metas más bajas que yo.
- La pulcritud es muy importante para mi.
- Mis padres / mi pareja / mis hijos esperan que yo sea el mejor en todo. Esta creencia a veces es real pero otras no es así.
- Si alguien hace un examen o trabajo en la escuela mejor que yo entonces me siento como si yo no valiera nada.
- La preocupación por lo errores que en lugar de ser tomados como peldaños hacia el éxito son asumidos como un descrédito ante los demás.
Algunas frases que resumen bien lo que es el perfeccionismo.
Lo que es realmente difícil y asombroso es renunciar a ser perfectos y comenzar el trabajo de convertirse en uno mismo.
Anna Quindlen. Escritora, nacida en 1952.
Esta es la perfección misma de un hombre, la de descubrir sus propias imperfecciones.
San Agustín, (354-430).
En la naturaleza nada es perfecto y todo lo es. Los árboles pueden ser retorcidos en formas extrañas pero siguen siendo hermosos.
Alice Walker, escritora, 1944.
Hecho, es mejor que perfecto.
Scott Allen, patinador medallista olímpico en 1964.
Si tuviera que esperar la perfección, mi libro nunca se terminaría.
Proverbio Chino.
No tengas miedo de la perfección..., qué nunca la alcanzarás.
Salvador Dalí, pintor representante del surrealismo, (1904-1989).
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