La inusual iniciativa surgió en el ayuntamiento de Middleborough, que este lunes debía votar una propuesta del jefe policial: multar con 20 dólares a quien blasfeme en público.

La idea, según los defensores de la propuesta, no es interferir en las charlas privadas, lo que implicaría una censura a la libertad de expresión, sino reducir los insultos en voz alta en espacios públicos, como en el centro del pueblo o en los parques.

Middleborough tiene una ordenanza contra las malas palabras desde 1968, pero que no se aplica porque considera que emitir un insulto en voz alta es un delito. El objetivo, ahora, es despenalizar la blasfemia y equipararla a una violación de las normas de tránsito. Así, para un policía sería más sencillo tomar la decisión de multar a una persona antes que encarcelarla por decir una mala palabra.