
Se encuentra en la Constelación La Grulla y ya tiene un tamaño de un par de años luz, con una de las expansiones más rápidas conocidas hasta la fecha.
Desde un telescopio común se la observa como una estrella con un material que forma un anillo a su alrededor. Esto hizo que algunos la llamaran tiempo atrás, la nebulosa del neumático de repuesto.
Los astrónomos del Observatorio de la Silla de ESO, no están de acuerdo con este nombre, por lo que explican que decidieron darle un apodo más apropiado a la hermosa imagen que publicaron.
"Más que parecer una rueda de repuesto, la nebulosa parece una flor etérea con pétalos superpuestos", informa ESO.
En el siglo XIX cuando se observaron las primeras nebulosas, se creyó que eran planetas gigantes, sin embargo, luego se descubrió que son estrellas de masa similar al Sol o varias veces más grandes, pero que se encuentran en su fase final de vida.
Las capas externas de la estrella de La Grulla fueron lanzadas al exterior. El gas formado en ellas se encendió con el calor que emana del núcleo restante que se encuentra en su centro, y esto causó la espectacular imagen incandescente de nebulosa que al girar da la forma de flor etérea.
El futuro de la estrella de esta Nebulosa La Grulla es transformarse en una enana blanca, un remanente estelar que ya agotó su combustible interno.
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