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© NASALaboratorio usado para el semillero en ISS.
Los astrónomos están desarrollando en la Estación Espacial Internacional ISS, una investigación que permita tener plantas como fuente de alimentación y de reciclaje del dióxido de carbono en oxígeno respirable, para las futuras misiones de larga duración en el espacio, informó ayer la NASA.

Un equipo de la NASA cuenta con el invernadero base en la Antártica, en la estación McMurdo, aprovechando que en el interior hay un ambiente semejante al que se encuentra a bordo de la nave en el espacio.
En tanto la Agencia Espacial Europea ESA, está estudiando cómo las plantas se adaptan a la micro gravedad.
Los astrónomos quieren tener su propio ambiente "sostenible, fiable y económico" en sus naves por lo que se encuentran trabajando en estrecha colaboración, informa la NASA.

Los experimentos de gran avance permiten a los biólogos conocer cómo es el crecimiento de las plantas a nivel celular, pero también contribuyen en las aplicaciones a nivel terrestre.

El investigador principal John Z. Kiss de la NASA, y Javier Medina de la ESA, tienen planeado una serie de experimentos en la ISS. Entre ellos el crecimiento de plantas de tres características diferentes en 2013, 2014 y 2015, respectivamente.
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© NasaMuestras del crecimiento de las semillas abordo de la Estación Espacial Internacional ayuda estudiar el impacto del ambiente
"Los resultados de estos experimentos ayudarán a los investigadores a entender cómo las plantas detectan y responden al entorno espacial", destacaron.

"Una vez a bordo de la estación espacial, los astronautas llevarán a cabo experimentos para examinar el cultivo de las plántulas y la estimulación a temperatura controlada, composición de la atmósfera, el suministro limitado de agua, iluminación y condiciones de aceleración usando centrífugas", señalaron.

Para el éxito de los experimentos la tripulación de la estación recibirá una formación e instrucción a bordo.

Estudios previos fueron desarrollados por los equipos de astrónomos japoneses y rusos. En el caso de la NASA, la empresa Moffett Field de California, completó previamente tres experimentos.

En 2006, utilizaron el berro (Arabidopsis thaliana) y las semillas de la familia de la mostaza, para investigar cómo las raíces de estas plantas responden a diferentes niveles de luz y la gravedad.
Con el uso de una centrífuga, diseñaron el experimento para exponer las plantas a condiciones de gravedad diferentes.
En 2010, un segundo experimento hizo mayores avances en el tema y se demostró que la luz roja y azul afecta el crecimiento de la planta de manera diferente en diferentes niveles de gravedad.

"Con esta información, los investigadores ahora saben que pueden optimizar la raíz de la planta y disparar el crecimiento en el espacio mediante el ajuste de la exposición de luz sobre las plantas", destaca la NASA.