Rodríguez dimitió al cargo a instancias del canciller hondureño, Arturo Corrales, que le solicitó la "renuncia con carácter irrevocable y de efecto inmediato". En la embajada de Honduras en Bogotá hubo una fiesta -mientras el embajador estaba ausente- a la que asistieron al menos dos prostitutas, que son buscadas por las fuerzas de seguridad de Colombia porque, al parecer, robaron dos computadoras con información sobre casos de crimen organizado y análisis geopolíticos.