China está perdiendo su ventaja competitiva como base de producción de bajo costo: los fabricantes trasladan sus producciones a lugares más baratos, como el sudeste de Asia.

La inversión extranjera directa en China cayó un 4%, incluyendo en la producción de bienes, que fue de un 6%. Al mismo tiempo, la inversión extranjera en Tailandia aumentó en un 63%. En Indonesia, según los datos de los primeros nueve meses del año pasado, se incrementó en un 27%.

El cambio conlleva ventajas y desventajas para el crecimiento de la economía global, indica 'The Wall Street Journal'. Pekín quiere reorientarse a una producción de mayor valor y aumentar los ingresos. Sin embargo, esta reorientación ejerce presión sobre los líderes para crear empleos en otros sectores y para mantener la segunda economía del mundo a flote.

Además, existen otras razones, como las necesidades crecientes de la población china, así como el factor externo.

El menguante atractivo de China se debe al rápido aumento de la proporción de población urbana, que pugna por salarios más altos (según HSBC, el crecimiento salarial en China fue del 20% anual en el periodo 2005-2011) y por condiciones de trabajo más cómodas, y que se muestra en contra de la contaminación, que a menudo va asociada con los métodos de producción de bajo costo.

Además, en 2013 el factor externo podría tener un impacto negativo en la inversión en China debido a la disputa sobre el archipiélago de Senkaku (Diaoyu), que ya condujo a la retirada de las compañías japonesas de China.

"Los salarios en China eran bajísimos, por lo que era muy rentable fabricar allí", comenta a RT el economista Santiago Niño Becerra, que recuerda que, además de la tendencia de trasladar sus producciones a los países del sudeste de Asia, los fabricantes también pueden optar por regresar a sus lugares de origen.