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© Archivos de la Universidad de Toronto/Natalie McMinn.Pintura de la procesión de meteoros de 1913 realizada por el astrónomo amateur Gustav Hahn, quien estimó que las bolas de fuego pasaron entre Rigel y el cinturón de Orión.
Puede ser uno de los casos cósmicos abiertos más extraños, pero el misterio de 100 años de un gran grupo de bolas de fuego volando en formación a través de la atmósfera de la Tierra está un poco más cerca de ser resuelto, dicen los científicos.

Examinando los registros históricos de la procesión de meteoros que tuvo lugar el 9 de febrero de 1913, estos astrónomos detectives reconstruyeron la trayectoria sorprendentemente larga del extraño evento astronómico.

Observadores desde Canadá a Brasil vieron como cientos de meteoros atravesaron el cielo, pero no fue ninguna lluvia anual normal de meteoros. Debido a que estos meteoros viajaron casi en paralelo a la superficie de la Tierra, cada trozo de polvo y roca espacial se mantuvo visible por alrededor de un minuto antes de consumirse en la atmósfera de la Tierra. La procesión duró varios minutos.

"Para la mayoría de los observadores, la característica más sobresaliente del fenómeno fue el lento y majestuoso movimiento de los cuerpos; y casi igualmente extraordinaria fue la perfecta formación que mantuvieron", dijo Clarence Chant, un astrónomo de la Universidad de Toronto que observó la procesión en 1913.

Pero 100 años después, a los científicos todavía les falta una pieza del rompecabezas astronómico. Nadie sabe exactamente cuán amplio fue el alcance de la procesión de los meteoros.

Justo después de la procesión, los científicos hicieron una llamada a la revista Nature para encontrar tantos relatos de primera mano como fuese posible. Llegaron informes desde barcos y ciudades de todo el mundo, pero los diversos registros extendían la línea de avistamiento de la procesión por aproximadamente 3.862 km, desde Saskatchewan (en Canadá) a Bermudas.

Un siglo después, dos investigadores decidieron reabrir el caso y rastrear aún más informes de la lluvia de bolas de fuego.

"Tenemos siete relatos nuevos de libros de registros meteorológicos de barcos que extienden la trayectoria más lejos que antes", dijo en un comunicado Don Olson, astrónomo de la Universidad Estatal de Texas. "Este es el mapa más completo de este fenómeno que se haya compilado. La trayectoria se extiende ahora por más de 11.265 km; es más de un cuarto del camino alrededor del mundo. ¡Es un evento de meteoros casi increíble!".

Los nuevos resultados se detallan en la edición de febrero de Sky & Telescope.
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© Sky & TelescopeUbicaciones desde donde fue observada la procesión de meteoros de 1913
Los astrónomos sospechan que el extraño evento podría haber sido visto incluso más lejos en el océano Atlántico, pero esos registros pueden ser imposibles de encontrar. El último informe, de un barco cerca de la costa de Brasil, explicaba que las bolas de fuego aún podían observarse en el cielo cuando se escribió el registro.

Estos nuevos hallazgos se suman a un mes que se caracterizó por las noticias sobre rocas espaciales, ya que el 15 de febrero un asteroide del tamaño de la mitad de una cancha de fútbol pasó cerca de la Tierra y el mismo día un meteorito estalló sobre Rusia, creando una explosión aérea que dañó miles de edificios en la ciudad de Cheliábinsk.