Al hilo de lo que publicamos estas últimas semanas sobre la agresión a la infancia que supone el sobrediagnóstico y la sobremedicación de la hiperactividad. Se me ocurre que todo, lo bueno y lo malo, comienza en la infancia: En la educación que nos dan y que damos a los niños y niñas.
No es extraño que se produzcan movimientos en el universo educativo más temprano. Cada vez más padres y madres buscan alternativas a las guarderías convencionales, en las que en muchas ocasiones comienza el proceso de estandarización al que nos vemos sometidos en nuestra sociedad. Leo hoy que los amigos de El blog alternativo publican una interesantísima entrevista con una Madre de Día, Gemma Sanz.

¿Qué es una madre de día? pues una mujer y madre que cuida en su casa a grupos reducidos de niños, por lo general tres o cuatro. La idea es criar a los bebés como lo haría su madre. A la entrevistada no tengo el gusto de conocerla. Sí os cuento que Susana ha comenzado su andadura como Madre de Día en la zona de la Sierra de Guadarrama (Madrid). Ha acondicionado su vivienda (con pintura ecológica -como que la comida que ofrece-) y está lista para recibir hasta tres infantes. Como todas sean como ella y su hijo será un gusto.

Este servicio está muy extendido en Alemania, Inglaterra, Suiza y Francia, como cuenta la citada entrevista. Las familias reciben un apoyo económico importante para hacer frente a este gasto (cuesta más o menos lo que una guardería privada). Es curioso que en esos países apenas hay inversión en guarderías públicas; el Estado prefiere invertir en las Madres de Día. El vínculo estrecho y la calidad de atención que necesitan los niños de esa edad (suele ser hasta los tres años) son claves para entender el éxito de esta iniciativa.

Extracto de la entrevista:
"Los avances en el conocimiento del desarrollo de las estructuras neurólogicas de los últimos años, han venido a confirmar lo que ha sido el eje de la vida de todas las especies de mamíferos y de todas las sociedades humanas anteriores a nuestra sociedad occidental llamada "civilizada": la primera necesidad de un niño en sus tres primeros años de vida es el amor y el cuidado de su madre. Esta es la base de un desarrollo sano y desde esta base se construyen unos cimientos sólidos para las futuras relaciones afectivas y sociales".
Cuando la madre no puede atender a su hijo todo el tiempo, el complemento ideal son las madres de día. Creo que merece la pena apoyarlas. Leed la entrevista despacio.