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© Archivo Portafolio.co La jefe del FMI, la semana pasada, al salir del Tribunal de Paris.

La justicia francesa decidió que sea 'testigo supervisada' en el proceso entre el Estado y Bernard Tapie.


Los magistrados franceses decidieron no investigar formalmente a la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, por su papel en un procedimiento de arbitraje que resultó en un pago de 285 millones de euros (366 millones de dólares) a un aliado del expresidente Nicolas Sarkozy.

Lagarde tendrá la condición de 'testigo supervisada', después de ser interrogada por la decisión que tomó en el 2007, mientras era ministra de Finanzas de Sarkozy, cuando puso en marcha un arbitraje para acabar una larga batalla judicial entre el Estado y el empresario Bernard Tapie.

La decisión pone fin a un dolor de cabeza para Lagarde, la única ciudadana francesa al frente de una importante institución internacional hoy día, y para el FMI, para el cual una investigación formal de Lagarde hubiera sido altamente embarazosa.

Al salir del tribunal de Paris, el pasado viernes, Lagarde, de aspecto sereno, leyó un comunicado afirmando que ella no había actuado en contra del interés público.
"Mis explicaciones respondieron a las preguntas planteadas acerca de las decisiones que tomé en su momento", dijo Lagarde a las afueras del tribunal.

"Mi condición de testigo supervisada no es una sorpresa para mí, porque siempre actué por el interés del Estado y de acuerdo con la ley", agregó.
El estatus de testigo supervisada significa que en cualquier audiencia futura Lagarde respondería preguntas como testigo acompañada por su abogado.

Es mucho menos serio que ser sometida a una investigación formal, que habría indicado "evidencia seria o consistente", apuntando a su probable implicancia en un delito.

El FMI ratificó su confianza en Lagarde, que asumió el mando del organismo crediticio a mediados del 2011.