Los ciudadanos estadounidenses están molestos con su gobierno y tienen motivos para estarlo; tras la revelación de actividades de vigilancia secreta a gran escala que agencias federales como el FBI la CIA y el NSA han estado realizando a través de las compañías telefónicas y proveedores de servicios en internet.


La Casa Blanca ha estado literalmente en el ojo de la tormenta. Las acciones de "ESPIONAJE A CIUDADANOS" reveladas esta semana han provocado reacciones en contra de lo que muchos llaman violación al derecho de privacidad.

Primero fue la denuncia de que la compañía telefónica más grande del país es obligada a entregar información de todos sus clientes; después se conoció que nueve proveedoras de servicios de internet están siendo vigiladas por el gobierno.

La administración ha manifestado que todos estos hechos denunciados como abuso de poder, son totalmente legales, autorizados por la corte y con conocimiento del congreso.

Expertos dicen que el plan de espionaje a ciudadanos ha sido orquestado y puesto en marcha por la administración Bush. Existía la esperanza de que Obama lo cancele, pero por el contrario su administración lo ha expandido a nivel global.

La reacción inmediata de la Alianza Para la Justicia Civil fue recurrir a la Libertad de Acceso a la Información y ha enviado sendos requerimientos a la Agencia de Seguridad Nacional para la liberación de documentos relacionados.

Ante la presión de los medios el propio presidente ha salido al paso de la controversia.

Si la vigilancia no se aplica a los ciudadanos estadounidenses y tampoco se hace en el territorio norteamericano, como dijo el presidente, eso significa que se está vigilando al resto del mundo.