Tomando en consideración las tasas de crecimiento actuales, la economía de China se duplicará en el transcurso de tan solo nueve años, obligando a Occidente a emular sus prácticas económicas.
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"Teniendo en cuenta el rendimiento anémico de Occidente en los últimos años, no es de extrañar que la envidia que genera el dinamismo económico de China se haya manifestado en la política oficial", indica Alexander Friedman, director de inversiones de UBS Wealth Management en su columna en 'Project Syndicate'.

Los esfuerzos de Occidente para emular a China se ven obstaculizados por la incapacidad de reproducir las condiciones de crecimiento de China

Sin embargo, pese a la serie de medidas adoptadas para repetir este éxito, los países occidentales se mueven hacia el estatismo, mientras China parece ir en la dirección opuesta, indica Friedman citando como ejemplo recientes medidas para liberalizar el sistema financiero.

"Los esfuerzos de Occidente para emular a China se ven obstaculizados por la incapacidad de reproducir las condiciones de crecimiento de China, como la movilización de mano de obra, y su falta de voluntad para perseguir prácticas tales como la política de un solo hijo", destaca el experto.

En cualquier caso, Friedman teme que la falta de crecimiento en Occidente lo lleve a poner urgentemente en práctica transformaciones económicas conducentes al modelo chino.

China podría llegar a ser la mayor economía del mundo por encima de EE.UU. en el año 2016, pronostica un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Con ciertas reservas, los expertos del organismo estiman que la tasa promedio de crecimiento de la producción per cápita en China de un 8% siga vigente durante toda esta década. Para 2014 el pronóstico basado en métodos estadísticos sitúa el creciemiento de China en el 8,9%, mientras que EE.UU. no superará el 2,8%.