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Hace varios años, estaba hablando con un epidemiólogo que se muestra escéptico ante la idea de que los fumadores son una amenaza mortal para las personas en su vecindad. A pesar de que él apoyó las prohibiciones de fumar en el lugar de trabajo, se sentía frustrado por la tendencia de muchos activistas anti-tabaco y funcionarios de salud pública a pasar por alto o minimizar la debilidad de los argumentos científicos de que el humo de segunda mano causa enfermedades mortales como el cáncer de pulmón y enfermedades del corazón. Se preguntó cuándo sería posible tener una discusión tranquila y racional sobre la cuestión, en la que los escépticos no serían descartados automáticamente como herramientas de la industria tabacalera. Le sugerí que tal conversación podría tener lugar una vez que la prohibición de fumar se convirtiera en omnipresente, momento en el que las apuestas políticas serían más bajas. A juzgar por un reciente artículo en el Journal of the National Cancer Institute, titulado "No Clear Link Between Passive Smoking and Lung Cancer" ["Ningún vínculo entre el tabaquismo pasivo y el cáncer de pulmón" - NdT], esa conversación pudo haber comenzado ya.

El artículo describe un estudio prospectivo de gran tamaño que "confirmó una fuerte asociación entre fumar cigarrillos y el cáncer de pulmón, pero no encontró ninguna relación entre la enfermedad y el humo de segunda mano". El estudio siguió a más de 76.000 mujeres, 901 de las cuales desarrollaron cáncer de pulmón con el tiempo.


Comentario: Y para poner las cosas en perspectiva, eso es sólo 1,18%. Otra cosa a tener en cuenta es, que si hay algún daño en los pulmones de fumadores, éste no viene del tabaco, sino de todos los productos químicos añadidos a los cigarrillos comerciales.


Aunque "la incidencia de cáncer de pulmón fue 13 veces mayor en los que fumaban en el momento y cuatro veces mayor en los ex fumadores que en los no fumadores", dice el artículo del JNCI, no hubo asociación estadísticamente significativa entre la exposición al humo de segunda mano y el posterior desarrollo de cáncer de pulmón. "No queremos que la gente concluya que el tabaquismo pasivo no tiene efecto en el cáncer de pulmón", dice una de los investigadores, oncóloga de Stanford, Heather Wakelee. "Creemos que el mensaje es, este análisis no nos dice cuál es el riesgo, o incluso si el riesgo existe."


Comentario: A ver si lo entendemos. Este análisis no nos dice cuál es el riesgo, o incluso si hay un riesgo ¿pero aún así no quieren que la gente concluya que el tabaquismo pasivo no tiene efecto en el cáncer de pulmón? ¿Qué es eso? Tal vez ellos necesitan un cigarro, para hacer que sus cerebros trabajen, porque, claramente, lo que están diciendo no tiene mucho sentido.


Si bien ésta no constituye la última palabra sobre el tema, el estudio tiene ventajas sobre la mayoría de las investigaciones comúnmente citadas como evidencia de que el humo de segunda mano causa cáncer de pulmón. "Hasta donde sabemos," dicen los autores, "este es el primer estudio que examina a los fumadores tanto activos como pasivos en relación con la incidencia de cáncer de pulmón en una cohorte prospectiva completa de las mujeres de Estados Unidos." El diseño prospectivo evita una debilidad de los estudios que se inician con casos de cáncer de pulmón y los "unen" a los controles. "Muchos estudios que mostraban los vínculos más fuertes entre el humo de segunda mano y el cáncer de pulmón fueron estudios de casos-control, que pueden sufrir de sesgos de recuerdo", señala el artículo del JNCI, ya que "las personas que desarrollan una enfermedad que podría estar relacionada con el tabaquismo pasivo son más propensas a recordar la exposición al tabaquismo pasivo".

Aún más revelador que las conclusiones del estudio son los comentarios de los expertos citados en el artículo (énfasis añadido):
Jyoti Patel, MD, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Northwestern, dijo que los hallazgos no eran nuevos...

"El tabaquismo pasivo tiene muchos efectos negativos sobre la salud - asma, infecciones del tracto respiratorio superior, otras enfermedades pulmonares, enfermedades cardiovasculares -, pero solo un incierto aumento del riesgo de cáncer de pulmón", dijo Patel. "La razón más fuerte para evitar fumar pasivamente el humo de cigarrillo es cambiar el comportamiento de la sociedad: no vivir en una sociedad donde fumar es una norma."

Comentario: Oh, entonces no se trata de nuestra salud, sino del control? Nada sorprendente.


En otras palabras , a pesar de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. le dirán que "el humo de segunda mano causa un estimado de 3.400 muertes por cáncer de pulmón entre los no fumadores de los Estados Unidos cada año," los científicos habían entendido desde hace tiempo que el número real podría estar más cerca de cero. El problema básico es que las dosis de carcinógenos absorbidos por los no fumadores son mucho más bajas que las dosis absorbidas por los fumadores, así que cualquier riesgo de cáncer de pulmón sería correspondientemente pequeño y por lo tanto difícil de detectar usando las herramientas contundentes de la epidemiología. Las asociaciones encontradas en los estudios sobre el humo de segunda mano y el cáncer de pulmón (que por lo general involucran a las esposas de los fumadores) son débiles, lo que significa que puede ser imposible descartar explicaciones alternativas. Pero nada de eso realmente importa, Patel dice, porque el principal objetivo de la prohibición de fumar fue "cambiar el comportamiento de la sociedad", estigmatizando el tabaquismo, lo que es menos conveniente y menos aceptable socialmente. De hecho, incluso si aceptan todas las denuncias sobre los peligros del humo de segunda mano, está claro que la verdadera recompensa para la "salud pública", de la prohibición de fumar, en términos de reducción de la morbilidad y la mortalidad relacionadas con el tabaco, proviene de la reducción del número de fumadores.

Eso no es lo que los defensores de la prohibición de fumar, dijeron, sin embargo. Su fundamento principal siempre fue proteger a los transeúntes, y nunca tuvieron la paciencia para la distinguir entre lo público y la propiedad privada, o la noción de que las personas que optan entrar en un bar o un restaurante donde se puede fumar, por ende, lo hacen con el consentimiento a cualquier riesgo que suponga la exposición al humo de segunda mano. La advertencia de que el "humo de segunda mano mata", con el cáncer de pulmón como el ejemplo paradigmático, jugó un papel importante en el debate sobre las prohibiciones de fumar impuestas por el gobierno. Al elevar las apuestas, el mismo ayudó a transformar una queja en un derecho, por lo que la personas molestas por el humo del tabaco ahora se sentían justificadas para exigir que éste se elimine de cualquier lugar al que tal vez quisieran ir, incluyendo la propiedad de otras personas. Como otro experto citado en el artículo del JNCI dice, "Hemos prohibido fumar en los bares y restaurantes sobre la base del hecho de que usted y yo, y otros no fumadores, no queremos morir. La realidad es que es probable que eso no suceda". Ahora nos dicen.

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