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Irán y Rusia llegaron a un acuerdo preliminar para construir dos nuevas plantas de energía nuclear en el sur del país, informó la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).

Irán y Rusia llegaron hoy a un acuerdo preliminar para construir dos nuevas plantas de energía nuclear en el sur del país, informó hoy la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).

Moscú y Teherán han acordado un borrador de protocolo para la construcción de dos nuevos reactores y para aumentar su cooperación en materia nuclear, informó hoy la agencia de noticias nacional iraní IRNA.

Se espera que el pacto sea firmado próximamente por el presidente de la OEAI, Alí Akbar Salehí, y por el presidente de la Corporación de Energía Atómica estatal rusa (Rosatom), Sergei Kiriyenko, informó el portavoz de la organización atómica iraní, Behrouz Kamalvandi.

El vicepresidente de Rosatom para Asuntos Internacionales, Nikolai Sapssky, llegó ayer a Teherán para debatir los detalles de este acuerdo.

Moscú ayudó a Teherán a levantar la única planta de energía nuclear que tiene, situada en la ciudad de Busher, en el sur de Irán, donde se levantarán también las dos nuevas.

Las plantas tendrán una capacidad de mil megavatios y funcionarán con sistemas de osmosis reversa, informó el portavoz.

A principios de este mes las autoridades iraníes anunciaron que el próximo 9 de abril se iniciará la construcción del primero de los dos nuevos reactores.

La actual central nuclear de Bushehr, cuenta también con una potencia de mil megavatios y comenzó a construirse en la década de los setenta con ayuda alemana, pero el proyecto se interrumpió tras el triunfo de la Revolución Islámica (1979) y no se reanudó hasta febrero de 1998, tras firmarse un acuerdo con el consorcio ruso Atomstroyexport.

Su construcción se prolongó durante años debido a la oposición occidental, que teme que Teherán esconda en su programa nuclear intenciones militares.

La planta entró en funcionamiento en agosto de 2010 y conectada a la red eléctrica nacional un mes más tarde con una potencia de unos 60 megavatios y alcanzó su pleno rendimiento en junio del pasado 2013.

Teherán afirma que necesita ampliar sus centrales nucleares para hacer frente a una demanda energética de alrededor de 20.000 megavatios y, en la actualidad, negocia con las potencias occidentales una mayor transparencia para solventar las dudas que levanta su programa atómico.