
La llegada de la primera borrasca en dos semanas coincidió con el final del invierno más "loco" que ha sufrido Galicia - España y gran parte de Europa, también - en los últimos años, con el paso de hasta seis temporales con alerta roja decretada, récord de lluvias, de inundaciones y de viento,de altura en olas y muchas jornadas de vacío para el sector pesquero por los numerosos días que tuvo que permanecer amarrado en puerto o a resguardo en las Cíes.
Así, entre el 15 de diciembre y el 15 de febrero se produjeron en las Rías Baixas el 56 por ciento de las precipitaciones que suelen caer en un año. Las explicaciones de los meteorólogos para la anormal inestabilidad climatológica fueron del aumento de un 30 por ciento de la velocidad "normal" del chorro polar y una temperatura del Atlántico más elevada.
Enfrente a Cabo Silleiro se registraron olas de más de 11 metros y los efectos destructivos de este fuerte oleaje se vieron incrementados por la coincidencia con las mareas vivas.
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