"En EE.UU. les describen a los manifestantes como pacíficos, mientras que se dice que el Gobierno de Venezuela los está reprimiendo. De acuerdo con esta narrativa, el Gobierno estadounidense está apoyando al pueblo venezolano, pero en realidad se está alineando con el 1% del total de la población que quiere arrastrar a nuestra nación a la época en la que el otro 99% no tenía cabida en la vida política y solo unos cuantos - las empresas estadounidenses incluidas - se beneficiaban del petróleo venezolano", sostiene Maduro en su artículo 'Venezuela: Una llamada a la paz' que publicó en 'The New York Times' este 1 de abril para presentar su versión de los acontecimientos."Los que protestan tienen un objetivo claro: la expulsión inconstitucional del Gobierno elegido democráticamente", subraya el mandatario venezolano. Destaca que muy pocos agentes de seguridad han estado involucrados en la violencia y subraya que los sospechosos han sido arrestados.
Mientras tanto, puntualiza que los manifestantes son "directamente responsables" de "al menos la mitad" de las 36 víctimas mortales que se han cobrado las protestas. Les acusa de haber atacado hospitales, de quemar una universidad en el estado de Táchira, de lanzar cócteles molotov y piedras a los autobuses y asaltar con piedras y antorchas instituciones públicas como la fiscalía y el Tribunal Supremo.
"Estas acciones violentas han causado daños por valor de millones de dólares. Es por eso que las protestas no han recibido el apoyo de la clase pobre y trabajadora", puntualiza.
"Los hechos desmienten las afirmaciones de que Venezuela tiene una democracia deficiente y que las protestas actuales representan el sentimiento dominante. Las protestas antigubernamentales están siendo lideradas por miembros de los segmentos más pudientes de la sociedad que lo único que persiguen es revertir los logros de un proceso democrático que ha beneficiado a la gran mayoría de la población", asegura el presidente.Entre esos logros del chavismo subraya la reducción de la desigualdad, la disminución de la pobreza desde el 49% en 1998 hasta el 25,4% en 2012, la creación de un sistema universal de sanidad y programas de educación gratuitos, el fortalecimiento de la Policía Nacional y la renovación del sistema penitenciario.
El presidente admite que su gobierno se ha visto enfrentado a graves desafíos económicos en los últimos 16 meses, como la inflación y el déficit de bienes básicos. Según él, "los líderes de la protesta, con una agenda violenta y antidemocrática", explotan las críticas legítimas sobre las condiciones económicas o las altas tasas de criminalidad para crear caos en las calles.
"Hoy en día la administración de Obama invierte como mínimo cinco millones de dólares anuales en apoyar a los movimientos opositores en Venezuela. Un proyecto de ley para otorgar 15 millones de dólares adicionales para estas organizaciones antigubernamentales está ahora en el Congreso, que está considerando, además, si imponer sanciones a Venezuela", comenta Maduro.También señala las analogías con el golpe de 2002 que Washington apoyó y tras el que reconoció al nuevo gobierno a pesar de su "comportamiento antidemocrático", que se demostró con la disolución de la Corte Suprema y la asamblea legislativa y desechando la Constitución. "Muchos de los que apoyaron el desalojo del Gobierno democráticamente elegido en 2002 son los mismos que están liderando las protestas de hoy", subraya el presidente venezolano.
"Espero que el pueblo estadounidense, sabiendo la verdad, decida que Venezuela y su gente no merecen tal castigo y exhorten a sus representantes a que no introduzcan sanciones [...]. Venezuela necesita paz y diálogo para seguir adelante. Damos la bienvenida a quien de manera sincera quiera ayudarnos a alcanzar esa meta", concluye el presidente.
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