Queremos destacar una situación que nos parece tan importante como notoriamente inadvertida o ignorada por el común de los medios. Una situación que refiere a la lucha de las Corporaciones y de la Biotecnología transgénica por legitimarse ante la opinión pública, y que ha conducido a la presión constante habida desde hace muchos años sobre el Vaticano para que se pronuncie a favor de los OGM, los organismos genéticamente modificados.

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Una de las últimas operatorias en ese sentido, se remonta a los primeros meses del año 2009 y refiere a uno de los tantos intentos de Monsanto de lograr el aval de la Santa Sede y presentar a los OGM como una solución al hambre en el mundo. A propósito de esta conspiraciones: el Diario El País de España informa el 19 de diciembre de 2010, transcribe lo publicado por Wikileaks, que en un cable confidencial publicado por de la Embajada de EEUU ante la Santa Sede, del 19 de noviembre de 2009, narra un encuentro con Monseñor James Reinert, "persona clave en seguridad alimentaria y biotecnología" de un centro de estudios del Vaticano... "El Vaticano no puede obligar a los obispos a apoyar la biotecnología", afirmó. El cable, firmado por el embajador de EEUU ante la Santa Sede, el profesor de Teología Miguel Humberto Díaz, concluye: "La embajada continuará haciendo lobby en el Vaticano para que hable a favor de los OGM".

Ocurre que Monsanto puede comprar a cientos de Institutos de investigación y a miles de técnicos, pero hasta el momento no ha conseguido el aval moral de ninguna de las Iglesias. Monsanto tiene todo el poder material pero necesita la palabra y el respaldo de algún dignatario de la Iglesia. Lo ha intentado muchas veces, presiones, lobby, sínodos específicos. Todo le ha salido mal, el Vaticano no ha querido tomar posición sobre las semillas transgénicas. En el 2009, no obstante tantas derrotas, llevaron a cabo el intento más audaz de todos los habidos: reunieron algunos científicos famosos, muchos ejecutivos y hombres de Monsanto en un seminario sobre plantas GM, aprovechando que en un área de ciencias de las Academias Pontificias hay alguien a cargo sumamente permeable a los discursos de la empresa, nos referimos a Monseñor Sanchez Sorondo, por supuesto, argentino. Contando con el respaldo indudable del Gobierno argentino, consiguieron que expusiera como disertante estrella el representante de la Secretaría de Agricultura Moisés Burachik y que refiriera ante sus conmilitones, los presuntos éxitos de la Argentina en cuanto a resolver la inseguridad alimentaria de la población. Como se verá, un claro montaje donde nada es verdad sino en apariencias, y donde la quinta columna de la empresa Monsanto dentro del Vaticano, se esforzó por no ser demasiado publicitada en sus acciones, a tal punto, que el programa del encuentro en la Web sólo se encontró en inglés, que nuestra Embajada ante la Santa Sede no habría sido informada de la reunión, y que nunca se respondieron las cartas que oportunamente enviáramos solicitando participar o ser informados de lo resuelto. Nuestras denuncias numerosas, tanto públicamente en el Programa Horizonte Sur que en ese entonces teníamos en la Radio Nacional, como nuestras comunicaciones a los Obispos y al Nuncio tampoco dieron en aquel momento, mayores resultados, aparentemente nadie conocía del tema o se le restaba importancia al asunto.

Un año y medio más tarde, las conclusiones de aquellos supuestos expertos en OGM que se reunieran en las Cortes Pontificias, fueron dadas a conocer con aparente seriedad académica, a través de publicaciones de ciencia y Biotecnología, dando a entender que el Vaticano habría tomado por fin, posición en el tema en esta ocasión, respaldando a los transgénicos como solución al hambre en el mundo. En realidad, no se trataba mas que de uno de los tantos encuentros científicos habidos en las Cortes Pontificias, pero el operativo estaba consumado y la prensa mundial difundió la noticia como buena. Poco importaron las inmediatas declaraciones del vocero del Papa explicando que no se trataba más que de conclusiones de un encuentro de científicos y no de una declaración oficial; el daño que alguna vez tratáramos de evitar estaba realizado. Una vez más, sorprende la doble personalidad de un gobierno que confunde a muchos ingenuos con sus discursos progresistas y sus peleas domésticas con Clarín o con Macri, y que en el plano internacional es capaz de jugar tan fuerte como ha jugado tantas veces, a favor del libre comercio, de los mercados globales, en respaldo irrestricto a las Biotecnologías y a favor de las Corporaciones como Monsanto.

GRR Grupo de Reflexión Rural
Enero de 2011