El exjefe del Servicio de Seguridad ucraniano, Alexánder Yakimenko, reveló que Naliváichenko, quien dirigió por primera vez el referido organismo entre 2006 y 2010, fue contratado como cónsul general de la embajada de Ucrania en Estados Unidos y mantuvo contactos con la inteligencia de la administración norteamericana después de dejar el servicio diplomático.
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Yakimenko, advirtió que detrás de los últimos acontecimientos en el país europeo están los lazos entre la CIA, Naliváichenko y otros líderes de los órganos de fuerza de Ucrania.

Yanukóvich acusó a la CIA de estar detrás del uso de armas de fuego contra los manifestantes en su país contra las autoproclamadas autoridades. Además, denunció que la acción represiva de los nuevos gobernantes "ha provocado un baño de sangre" en Ucrania.

Yanukóvich responsabilizó a EEUU por "desencadenar una guerra civil e interferir groseramente en lo sucedido, indicando qué se debe hacer", hechos que constituyen una violación de la soberanía y la autodeterminación del pueblo ucraniano.

Los manifestantes además anunciaron la celebración de referendos regionales de autonomía, como el realizado en la República Autónoma de Crimea, para adherirse a la Federación Rusa.