La forma en que se dio muerte al reo Clayton Lockett implicó un "trato cruel, inhumano y degradante, según las normas internacionales de derechos humanos, y transgredió la octava enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que dispone que no se deben infligir castigos crueles", sostuvo la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
"El prolongado sufrimiento de Lockett es el segundo caso de sufrimiento extremo reportado en lo que va de año y causado por el mal funcionamiento de las inyecciones letales", dijo el portavoz de Pillay, Rupert Colville.
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