Descargas eléctricas, palizas, violaciones, quemaduras, privación del sueño, uso de pinzas, drogas y perros... Amnistía Internacional presenta su investigación de estos horrores inimaginables y lanza la campaña mundial Stop Tortura.
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© AFP Tim Sloan
"Actualmente, 30 años después de la adopción de la histórica Convención de la ONU contra la Tortura, y pese a algunos importantes avances, la práctica de la tortura va en aumento en al menos tres cuartas partes de los países del mundo", denuncia Amnistía Internacional en un comunicado publicado este martes.

Entre enero de 2009 y mayo de 2013 Amnistía Internacional recibió informes de torturas u otros malos tratos cometidos por agentes estatales en 141 países en todas las regiones del mundo. Estos datos, prosigue la ONG, solo indican los casos que se han denunciado.

A pesar de la oposición a la tortura existente en la mayoría de los países del mundo y de la letanía de convenios internacionales que prohíben expresamente esta práctica, una encuesta de Amnistía descubrió que el 44% de los habitantes del planeta creen que podrían ser víctimas de torturas si los detuvieran las autoridades de su país.

Esa cifra fue del 32% en Estados Unidos, donde los detalles sobre las "técnicas de interrogación mejoradas" anteriormente utilizadas por la CIA y sobre los programas de rendición pronto serán revelados en un informe de Inteligencia del Senado.

Manfred Nowak, exinformador especial de las Naciones Unidas sobre tortura, dijo a Al Jazeera que EE.UU., en la vanguardia de la lucha por los derechos humanos en todo el mundo, ha abierto las puertas a otros países a cometer torturas bajo los auspicios de la lucha contra el terrorismo.

Nowak y otros dicen que muchos países han tomado ejemplo de EE.UU. para justificar el uso de todos los medios necesarios para obtener información de sospechosos de terrorismo de acuerdo con las prácticas estadounidenses destinadas a proteger los intereses nacionales.

"Muchos dicen que el uso de las llamadas 'técnicas de interrogación mejoradas' que se aplican en centros de detención de la CIA como Abu Ghraib y Guantánamo, que incluían el submarino [ahogo simulado] hasta 2009, ha impulsado el sentimiento antiestadounidense y ha socavado la credibilidad de EE.UU. en materia de derechos humanos", opina Michael Pizzi, columnista de Al Jazeera America.

Aunque el presidente Barack Obama redujo el más polémico de estos programas de la CIA en 2009 y se ha comprometido a cerrar el centro de detención de Guantánamo, ha sido criticado por no ofrecer ninguna reparación a los detenidos que fueron torturados en el centro y por no cumplir la promesa de cerrar el campo de concentración para terroristas. Además, los responsables de someter a torturas ilegales a los sospechosos de terrorismo no han sido llevados ante la justicia.

"EE.UU. ha deteriorado enormemente su capacidad para conducir su política exterior", ha expresado Michael Bochenek, director de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional. "También significa que EE.UU. podría haber sido más hábil a la hora de persuadir a otros Estados para que cambiaran sus prácticas de tortura. Ahora han perdido esa oportunidad", concluyó.