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© Reuters / Nicole Alayne Hammermeister
Las aguas de los desbordados ríos Fitzroy y Burnett, en el estado de Queensland, han llenado de lodo las aguas coralinas hasta el grupo de islas Keppel, a unos 40 kilómetros de la costa, en el extremo sur de la Gran Barrera, considerada Patrimonio de la Humanidad.

"La contaminación tóxica de las granjas y localidades inundadas a lo largo de la costa de Queensland tendrá un impacto desastroso sobre los corales del Gran Arrecife de Coral y tendrá probablemente un impacto significativo en los dugongos, las tortugas y otra fauna marina", ha indicado el World Wild Life Fund (WWF) en un comunicado.

"Las inundaciones no son buenas noticias para la barrera de coral"

La Autoridad del Parque Marino del Gran Arrecife de Coral, que gestiona los 345.000 kilómetros cuadrados de arrecife frente a la costa este de Australia, ha indicado que el sedimento, el agua, los nutrientes y las altas temperaturas provocarán daños o estrés a los corales. "Las inundaciones no son buenas noticias para la barrera de coral", ha reconocido el director de la Autoridad del Parque Marino, Andrew Skeats.

Los expertos creen que el coral podría blanquearse como consecuencia de las inundaciones ya que cuando los corales mueren, por altas temperaturas o contaminación, dejan tras de sí sólo su esqueleto blanco.

El daño al Gran Arrecife de Coral podría verse exacerbado ya que las inundaciones, las peores en Australia en 50 años, son "mayores, más sucias y más peligrosas debido a la excesiva tala de árboles, el pastoreo excesivo y lo compacto del terreno", según WWF. Los expertos creen que la barrera se recuperará pero dependiendo de lo que sufra el coral podría llevar hasta un siglo.

Esencial para la economía australiana

Según Skeats, la zona más afectada por el momento es una pequeña parte del Gran Arrecife de Coral y el Arrecife Sur y el impacto en el resto de la barrera podría contenerse a una pequeña zona, si las condiciones meteorológicas son favorables.

El Gran Arrecife de Coral contribuye con 5.400 millones de dólares australianos (unos 4.143 millones de euros) a la economía australiana al año por uso para la pesca, el ocio y el turismo.