Barroso
© DesconocidoPresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso
El G7 apostó hoy por fomentar una mayor independencia energética de la Unión Europea (UE) respecto a Rusia con una mayor coordinación y respaldo entre sus socios, así como la creación de "planes de emergencia" ante posibles cortes en el suministro energético.

Después de que el conflicto ucraniano volviera a poner de relieve la vulnerabilidad de Europa ante posibles cortes de suministro del gas ruso, los siete acordaron poner en el centro de su agenda colectiva la seguridad energética, decidió el G7.

"La Europa de la energía no es solo (necesaria) por los objetivos climáticos, sino que es también una cuestión de independencia y seguridad", afirmó el presidente de Francia, François Hollande, al término de la cumbre.

"Hemos acordado que, de hecho, la seguridad energética es una cuestión geopolítica de la mayor importancia", coincidió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien recordó que ha propuesto una estrategia para fortalecer la seguridad de los suministros energéticos de la Unión Europea, que será discutida en la cumbre de líderes europeos el 27 de junio.

Además, el G7 acordó que "cada uno de los gobiernos por separado, y juntos, identificaremos y pondremos en marcha políticas domésticas concretas para construir un sistema energético más resistente y bajo en emisiones" de gases de efecto invernadero, según el comunicado final de la reunión.

Para ello, Estados Unidos, Japón, Canadá, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido acordaron colaborar para diversificar las fuentes de suministro y desarrollar sus mercados energéticos.

Además, crearán "sistemas de emergencia de respuesta, incluidas reservas y sustitutos para los combustibles en los países importadores, para el caso de grandes cortes energéticos", con la vista puesta en la posibilidad de que se repita una crisis energética ante las desavenencias entre Moscú y Kiev.

"El uso del suministro de energía como un medio de coacción política o como una amenaza a la seguridad es inaceptable", afirmó el G7 en su comunicado, en una clara alusión a Moscú.

Europa ya se vio afectada en los inviernos de 2006 y 2009 por las conocidas como "guerras del gas" que mantuvieron Rusia y Ucrania, que provocaron un desabastecimiento energético en varios socios comunitarios.

En este sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, recalcó que el G7 está de acuerdo en urgir a Rusia a que emprenda un acercamiento con Ucrania para solucionar la disputa que mantienen en torno al suministro y el precio de gas ruso, un asunto que va en el interés de Kiev y de Europa en general, opinó.

La cuestión energética también llevó a los siete a discutir las políticas climáticas, punto en el que Barroso indicó que "cuanto menos dependientes seamos de los combustibles fósiles y cuanto más nos apoyemos en las renovables y los recursos locales, mejor será nuestra seguridad y nuestro suministro".

Respecto a la lucha contra el cambio climático, Hollande destacó la "importancia de tener el apoyo del G7 para la cumbre climática (COP21) de 2015" que se celebrará en París a finales de ese año, donde esperó que se logren avances.

Hollande celebró en este sentido los "potentes anuncios" hechos por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la importancia de reducir las emisiones de las centrales eléctricas en su país y de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.

En este sentido, destaca la mención del G7 en su comunicado final a su "firme determinación de adoptar en 2015 un acuerdo global que sea ambicioso, completo y que refleje la situación del cambio climático global".

En concreto, apuntaron a un "nuevo protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal aplicable a todas las partes".