Imagen
Previo a la votación en 2010 en la que Catar resultó ganador como sede de la Copa del Mundo de 2022, el Comité Técnico de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) advirtió a los miembros del Comité Ejecutivo (responsables de la votación para elegir al país sede) que las altas temperaturas que se registran en el pequeño emirato del Golfo de Arabia serían peligrosas para los jugadores. Por si no fuera poco, el Comité Ejecutivo minimizó otros factores como las estrictas e intolerantes leyes que caracterizan a esta pequeña nación o, más importante aún para efectos de su candidatura, la completa falta de infraestructura para llevar a cabo un evento de esta magnitud. De hecho, el Comité Técnico se refirió a Catar como el único candidato de "alto riesgo" (los otros eran Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos). Luego entonces, ¿cómo es posible que Catar haya ganado la sede de la Copa del Mundo de 2022?

La respuesta parece encontrarse en la presunta compra de votos durante el proceso de licitación que concluyó en la adjudicación de Catar como sede mundialista que, de ser confirmada, involucraría el pago de millones de dólares a directivos de la FIFA por parte del ex vicepresidente de esta organización, el catarí Mohammed Bin Hammamm. Según documentos publicados por el semanario londinense The Sunday Times, el ex funcionario de la FIFA utilizó su propia empresa constructora, Kemco, para transferir cientos de miles de dólares a su hija quien, a su vez, los depositó en cuentas ligadas a presidentes de 30 federaciones africanas de futbol. Aunque no todos estos presidentes tuvieron poder de voto en el Comité Ejecutivo, sin duda pudieron influir en el resultado de la elección.

Al presunto soborno de 30 presidentes de federaciones africanas hay que agregar que Bin Hammam, inhabilitado de por vida en 2012 para ocupar cualquier puesto administrativo en el futbol, está acusado de haber pagado, meses antes de la votación, más de un millón de dólares al ahora también ex directivo de la FIFA y miembro de Comité Ejecutivo, Jack Warner.

Por último, todo parece indicar que los gobiernos de Tailandia y Francia también participaron en el intercambio de favores a cambio de votos a favor de Catar. En el caso de Tailandia, se dice que el gobierno firmó un acuerdo preferencial millonario para obtener petróleo catarí después de reunirse con Bin Hammam y prometerle su voto.

El caso de Francia es aún más complicado. Muchos se preguntan por qué el francés Michel Platini, presidente de la UEFA y también miembro del Comité Ejecutivo, decidió votar por Catar. Su caso es particularmente sorprendente ya que la decisión de otorgar a este país la sede significaría, en toda probabilidad, cambiar la tradicional fecha de junio a diciembre para evitar las altas temperaturas. Esto, a su vez, implicaría que los clubes europeos, a quienes supuestamente representa, tengan que detener operaciones durante un mes (lo que les generaría importantes pérdidas).

La respuesta quizá se encuentra en una reunión que Platini presuntamente sostuvo en noviembre de 2010 - 10 días antes de la elección de Catar como sede de la Copa del Mundo - con Nicholas Sarkozy, entonces presidente de Francia, y con el primer ministro y príncipe heredero de Catar. Según revelaciones de varios medios de comunicación, incluido el semanario británico The Economist, al año siguiente de la elección de Catar: i) se definieron importantes acuerdos comerciales entre Catar y Francia, ii) Qatar Sports Investments, una empresa propiedad del Estado catarí, compró al club de la liga francesa Paris St. Germain, en el que ha invertido una fortuna y iii) Laurent Platini, hijo de Michel Platini, fue contratado para presidir Burdda, una empresa de artículos deportivos de Catar.

Ahora bien, ¿cómo es posible que exista un esquema de corrupción de tan grande escala en un organismo internacional para la elección de la sede de un evento deportivo de tan grande magnitud como lo es la Copa del Mundo?

Durante la V Conferencia de los Estados Parte de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, que se llevó a cabo en noviembre de 2013 en la ciudad de Panamá (la conferencia anticorrupción más grande del mundo reuniendo a más 1,500 participantes), se celebró una conferencia especial en el que se discutieron los factores que hacen a los evento públicos, tales como torneos deportivos, especialmente vulnerables a la corrupción. Entre los factores identificados se encuentran los complicados arreglos logísticos y, sobre todo, los cuantiosos fondos públicos que involucran este tipo de eventos.

También durante esta conferencia se presentó la guía "Una Estrategia para Prevenir la Corrupción en Eventos Públicos Importantes", que incluye un conjunto de factores de riesgo y medidas diseñadas para mitigar el riesgo de corrupción en eventos como la Copa del Mundo. Entre los factores de riesgo identificados figura que el proceso de licitación y votación involucre, como es en el caso de la Copa del Mundo de la FIFA, un cabildeo extenso por parte de las partes interesadas sin pautas o reglas claras de transparencia, así como un sistema de votación opaco y discrecional sin un lineamiento claro, lo que a su vez minimiza la rendición de cuentas por parte de los organismos involucrados.

A raíz de lo sucedido en la votación de 2010, y en un esfuerzo por cambiar su imagen, la FIFA aprobó un cambio al proceso de votación mediante el cual se elige a los países anfitriones de la Copa del Mundo. Si bien hasta 2010 la votación era secreta y sólo participaban los 25 miembros del Comité Ejecutivo, ahora se realizará mediante una votación abierta del Congreso, compuesto por los presidentes de las 209 federaciones que conforman la FIFA. La función del Comité Ejecutivo quedará limitada a presentar al Congreso una lista corta de máximo tres países (y sin incluir recomendaciones) de los candidatos finales que deberá ser votada por el Congreso. Esta medida tiene como finalidad hacer más difícil la compra de votos y evitar la discrecionalidad con la que se llevaban a cabo las elecciones en este organismo.

Asimismo, se nombró a Michael García, ex fiscal de Nueva York, como presidente de la Cámara de Investigación del Comité de Ética de la FIFA encargándosele la tarea de llevar a cabo una investigación interna sobre el proceso de licitación y votación que llevó al otorgamiento a Catar de la sede mundialista de 2022. Esta investigación concluyó el pasado 9 de junio y ahora García tiene seis semanas para enviar un reporte sobre sus conclusiones a un Comité de Adjudicación que deberá decidir si los resultados de la investigación ameritan que se lleve a cabo un nuevo proceso de votación.

* Sara Cantú Pérez de Salazar es directora del Programa Anticorrupción de Integralia Pública, A.C.