Moscú acusó el sábado a la policía de Ucrania de ser "indiferente" durante las protestas y ataque de antirrusos a la embajada de Rusia en Kiev.

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El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores calificó, en un comunicado, la falta de respuesta de la policía como "una grave violación de las obligaciones internacionales de Ucrania".

Al expresar la indignación de Rusia por ese acto, la Cancillería exigió a Kiev tomar medidas de seguridad para proteger a los diplomáticos rusos en ese país.

Más de 200 manifestantes antirrusos atacaron el sábado la embajada de Rusia en Kiev y lanzaron contra el edificio granadas de humo y petardos: casi todos los cristales del edificio están rotos.

Además volcaron varios vehículos diplomáticos cerca de la sede rusa y bloquearon el acceso al edificio con neumáticos.

El Gobierno de Estados Unidos condenó seguidamente el ataque de los manifestantes antirrusos a la Embajada de Rusia en Kiev y pidió a Ucrania que garantice la seguridad de la misión diplomática rusa.

Esto se produjo mientras que varios países occidentales miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) se negaron a condenar dicho ataque y bloquearon el proyecto de declaración presentado por Rusia al respecto.

Este ataque ocurrió después de que el Ejército ucraniano sufrió durante esta misma jornada el ataque más letal desde el inicio de la operación contra los prorrusos hace dos meses: 49 militares ucranianos han muerto en la provincia oriental de Lugansk cuando el avión de transporte IL-76 en que viajaban ha sido derribado.