El Departamento de Estado de EE.UU. no ve nada ilegal en lo que hacen los militares ucranianos en el este del país, puesto que estas acciones se realizan por iniciativa y conforme a los intereses de Washington, según el economista Paul Craig Roberts.
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© REUTERS RIA Novosti Jen Psaki, la desinformada.
Ante la creciente concentración de fuerzas militares, el uso de sistemas de lanzamiento multicohetes y de bombas de fósforo blanco, las muertes entre civiles y los flujos de refugiados desde el este de Ucrania, la portavoz de la política exterior estadounidense, Jen Psaki, afirma que no tiene información confirmada al respecto.

Incluso la masacre contra los activistas prorrusos en la ciudad de Odesa, en el sureste del país, fue provocada, según el Departamento de Estado, por los propios opositores al Gobierno de Kiev.

Roberts, exasesor del secretario del Tesoro durante el Gobierno de Reagan, aseguró que tal actitud se debe a que los crímenes cometidos por el Gobierno de títeres en Kiev se realizan por orden de Washington.
"La línea de Washington consiste en que Rusia es culpable de todos los problemas de Ucrania, por lo que EE.UU. no intenta confirmar las violaciones llevadas a cabo por Kiev", afirmó Roberts, citado por la agencia RIA Novosti.
Según él, Rusia no debe esperar el apoyo de la Unión Europea y recordó que las milicias del este de Ucrania, una región con mayoría rusohablante que se opuso al Gobierno instalado en Kiev a partir de un golpe de Estado en febrero pasado, "ya han sido calificadas como 'terroristas', de manera que se justifica matarlos en masa".
"El Gobierno estadounidense lleva 13 años matando ampliamente a 'terroristas' en siete países. Los socios europeos de Rusia no han denunciado la masacre orquestada por Washington, ni el desplazamiento de millones de personas, algo en lo que participó Europa, en particular los británicos. ¿Por qué entonces iban a denunciar la masacre de rusohablantes en Ucrania?", se preguntó el analista.
Roberts cree que EE.UU. intenta provocar la intervención de Rusia en el conflicto de Ucrania para inducir a Europa a cortar los lazos económicos con Moscú, en particular en el ámbito energético.