Mike Poller y su esposa se preocuparon cuando la pediatra les sugirió que su hija Melanie, de 15 años de edad, recibiera la vacuna contra el virus de papiloma humano (VPH), el virus de transmisión sexual más común.

Imagen
Gardasil, una de las dos vacunas que protege contra el VPH, un virus que puede producir cáncer, era algo nuevo y los Poller no estaban familiarizados con la misma. Cuando ellos eran jóvenes esa vacuna no existía así como tampoco existen datos a largo plazo que demuestren su efectividad.

"Fundamentalmente, mi hija era un ratón de laboratorio y esa era mi preocupación", dice Poller.

Cinco años más tarde, Melanie, quien eventualmente se vacunó, está en la universidad y la vacuna de VPH, aprobada en el 2006 para ser utilizada en Estados Unidos, es mucho menos controversial. Y aunque muchos asocian la vacuna con cáncer cervical, al aprobarse en el 2009 la vacuna para los varones, los padres han optado cada vez más por vacunar tanto a sus hijas como a sus hijos.

Según se acerca agosto y la tradición de la vuelta a la escuela, los padres tanto de niñas como de niños se enfrentan a la misma decisión que los Poller: si deben añadir la vacuna del VPH al examen físico rutinario para sus hijos de 10 y 11 años, junto a la vacuna de la influenza y los refuerzos del tétano.

En muchos casos, el VPH, tan común que casi todas las personas sexualmente activas la contraerán en algún punto de su vida, no afecta la salud de la persona infectada y luego desaparece. Sin embargo, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el virus puede causar cáncer del cuello de la matriz, vulva, vagina, ano, orofaringe (la parte de atrás de la garganta) y el pene, así como las verrugas genitales.

Aunque la edad óptima para la vacuna del VPH es entre los 11 y 12 años, antes de comenzar la actividad sexual, las niñas y las mujeres pueden vacunarse entre los nueve y los 26 años, y los varones hasta los 21. Su competidor Cervarix está solo aprobada para las niñas y previene menos cepas del VPH que Gardasil.

Las vacunaciones para el VPH en Florida son consistentes con las tasas nacionales: una cuarta parte de las adolescentes de Florida han recibido las tres dosis de la vacuna en el 2012, y cerca del 40 por ciento recibió la primera dosis. Ya que Gardasil fue aprobada para los varones hace solo cinco años, las tasas de vacunación para los varones adolescentes por debajo de la de las niñas: cerca del 20 por ciento de los varones adolescentes habían recibido al menos una de las tres dosis de la vacuna, de acuerdo con los datos del CDC del 2012.

El CDC recomienda la vacuna para ambos géneros, dice Shannon Stokley, directora asociada de la división de servicios de ciencia para la inmunización del CDC. Explica que, según los datos del CDC 2004-2008, Florida es uno de los estados con las tasas más altas de cáncer anal, cervical y orofaríngeo relacionados al VPH.

La Academia Americana de Pediatría también recomienda la vacuna.

"Siempre ha habido un poco de resistencia, aun con las niñas, algunos padres no las deseaban, querían más información, querían esperar a que estuviera en el mercado un poco más de tiempo. Eso ha cambiado un poco", dice el Dr. Javier Hiriart, pediatra en el centro de medicina familiar de Baptist Hospital.

Hiriart y sus colegas médicos dicen que las críticas iniciales de la vacuna se debían a la falta de educación. A que la droga fuera relativamente nueva y que inicialmente no todas las compañías de seguro la cubrían.

El Dr. Lawrence Friedman, pediatra y director de la división de medicina para adolescentes de la Universidad de Miami, dice que los jóvenes y sus padres se han ido familiarizando con la vacuna.

Aunque los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades dicen que los efectos secundarios de la vacuna son por lo regular menores, enrojecimiento o inflamación del lugar inyectado, fiebre luego de la vacunación y desvanecimiento, común después de cualquier tipo de inyección, hay personas que han informado efectos secundarios más dañinos. El Programa Nacional de Compensación de Lesiones Causadas por Vacuna, compensó 71 de 149 reclamaciones relacionadas a la vacuna de VPH sometidas desde el 2006. Entre los efectos secundarios informados: coágulos de sangre, convulsiones y muerte.

La Dra. Diane Harper, investigadora principal en el desarrollo de Gardasil y directora del Departamento de Medicina Familiar y Geriátrica de la Universidad de Louisville, ha hablado en contra de la vacuna, cuestionando si los beneficios de la vacuna superan los riesgos.

Los exámenes rutinarios de Papanicolaou pueden detectar las condiciones precancerosas antes de que se desarrollen en cáncer cervical e, incluso después de recibir la vacuna de VPH las mujeres deben continuar haciéndose esa prueba, comenta Harper. El Gardasil solo protege contra las cuatro cepas más comunes de VPH, lo que significa que, no solo las mujeres pueden desarrollar cáncer cervical aunque estén vacunadas sino que los exámenes rutinarios pueden detectar el cáncer cervical antes de que se desarrolle, dice.

Por otra parte, desde que se hacen las pruebas de Papanicolaou, las tasas de cáncer cervical han bajado desde 1950 de acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés). De acuerdo con el Instituto, aunque una vez fue uno de los principales cáncer que afectaban a la mujer en Estados Unidos, el cáncer cervical es ahora el número 14 entre los tipos de cánceres más comunes en la mujer.

Particularmente, Harper discrepa de la publicidad utilizada para promover el Gardasil, que presenta a diferentes mujeres diciendo que ellas pueden ser "una estadística menos" y "una mujer menos que luchará contra el cáncer cervical".

"La campaña publicitaria de 'sé una madre que se asegura de que su hija es una menos' está llena de insinuaciones. Ella no será nunca una víctima de cáncer si participa en un programa de pruebas de Papanicolaou. Aun cuando reciba la vacuna, el hecho de que puede desarrollar cáncer cervical de uno de los otros 13 tipos de VPH que no previene Gardasil, no significa que ella va a ser una menos", expresa Harper.

Harper dice que si los padres tienen la intención de vacunar a sus hijas, Cervarix, que se ofrece solo para las féminas, es una "vacuna superior". Sobre vacunar a los varones, Harper dice que no hay "datos importantes" que apoyen las conexiones entre el VPH y los otros tipos de cáncer más allá del cervical.

Tampoco hay datos que prueben que la vacuna previene el cáncer a largo plazo, de acuerdo con Harper.

"Usted puede esperanzarse todo lo que quiera, especular todo lo que quiera, argumentar todo lo que quiera, pero la realidad es que la ciencia es ciencia y usted tiene que presentar datos", dice. "Absolutamente todas las cosas que hacemos en la medicina tienen efectos secundarios, no importa la buena intención, así que, ¿por qué arriesgarse haciendo algo que va a tener un efecto secundario si no está convencido que el beneficio supera cualquier posible efecto secundario?"

A pesar de la falta de datos sobre la efectividad de la vacuna a largo plazo, ya que la misma ha estado en uso solo desde el 2006, Stokley, del CDC, dice que la agencia gubernamental tiene confianza en los estudios que se realizaron antes de otorgar la licencia.

"Todo indica que la vacuna protegerá a largo plazo", dice Stokley. "Nosotros recomendamos que todos los adolescentes reciban la vacuna. Es segura y es efectiva y puede proteger a los adolescentes contra la infección. Les hemos dado seguimiento a los efectos adversos y verdaderamente no hemos visto efectos secundarios serios. Son muy raros, si es que ocurren".

Stokley dice que la inmunización es particularmente importante para los hombres gay y bisexuales que pueden estar a riesgo de infección de VPH y cáncer asociado con VPH.

Diferente al cáncer cervical, que las mujeres pueden detectar a través de las pruebas de Papanicolaou sin tener la vacuna, no hay exámenes recomendados para otros tipos de cáncer asociados con VPH, dice Stokley.

En el caso de Mike Poller, él dice estar contento de que su hija haya recibido la vacuna. A la larga, la prevalencia del virus, la infección de transmisión sexual más común en Estados Unidos, fue el factor decisivo para él y su familia. Recibir la vacuna "parece algo razonable, después de todas los malabares mentales y discusiones familiares", comenta Poller.