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Los milicianos del Estado Islámico (EI) han ejecutado a más de 700 personas, en su mayoría civiles, en las últimas dos semanas en el este de Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Las ejecuciones en Siria tuvieron lugar en las localidades de Al Shuaitat, Garanish, Abu Hamam y Al Kishkia, donde residían los miembros del clan de Al Shuaitat.

Centenares de miembros de esa tribu continúan desaparecidos, después de haber sido amenazados por el EI, que los considera "infieles" que deben ser asesinados en masa y que no se merecen "tregua, seguridad, dinero, comida, familia, ni esposas", según el OSDH.

Asimismo, el OSDH señala que cientos de los ejecutados por el EI fueron sacrificados delante de sus familias, y les cortaron la cabeza para que luego mostrarla en lugares públicos.

Mientras, en Irak fuentes oficiales han confirmado la muerte de otros 312 residentes de la localidad norteña de Kocho, donde milicianos del Estado Islámico mataron a 80 yazidíes y secuestraron a toda la población femenina tras concluir el ultimátum de cinco días que les dieron para que se convirtieran al islam.