Una lluvia ordinaria bastó para dejar una estela de caos, destrucción y muerte en el área metropolitana. No fue necesario un huracán o tormenta tropical, ni siquiera una lluvia atípica.
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Las precipitaciones derivadas del frente frío número 3 de la temporada, calificadas por la Comisión Nacional del Agua como normales para un mes de septiembre, desquiciaron la ciudad provocando inundaciones, vialidades destrozadas y una persona fallecida.


Al intentar regresar a su casa tras salir a observar la fuerza de la corriente, Mario de la Paz, de 58 años, fue arrastrado y murió ahogado al quedar atrapado bajo una camioneta en la colonia Santa Clara.

Las precipitaciones que se concentraron entre las 7:00 y las 9:00 de la mañana, obligaron al cierre de algunas de las principales vialidades y a la suspensión durante varias horas del servicio de Transmetro y Ecovía.
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En Gonzalitos y Lincoln, policías ministeriales y agentes de Tránsito rescataron a 25 pasajeros de un camión que quedó varado por la acumulación de agua, mientras que en la colonia Topo Chico, el afluente de un venero que baja del cerro arrastró a dos personas, que fueron rescatadas por vecinos.

También fueron vecinos quienes rescataron a 10 pasajeros que viajaban en un microbús que fue arrastrado dos cuadras en la avenida Aztlán.
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En Santa Catarina, una mujer y su hija de 2 años fueron salvadas al quedar atrapadas en su vehículo en un encharcamiento, en la calle Movimiento Obrero.

Al menos cinco autos fueron arrastrados por la corriente del arroyo Topo Chico; cuatro de ellos fueron localizados a la altura de Fidel Velázquez y Manuel L. Barragán, bajo el puente de las vías ferroviarias, y uno más a la altura de la colonia Villa Esperanza, en San Nicolás.
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Doroteo Treviño, especialista en hidrometeorología de la CNA, informó que las lluvias de ayer y el domingo dejaron un promedio de precipitación de 59.5 milímetros, un nivel ordinario para un mes de septiembre.

La lluvia ordinaria también exhibió una vez más a la infraestructura hidráulica y las vialidades metropolitanas.

El drenaje pluvial recién construido por el Estado en la colonia Valle de Santa Lucía, en Monterrey, no evitó que el agua arrastrara al menos 20 vehículos e inundara decenas de casas en ese sector.

La creciente nivel de almacenamiento de la Presa La Boca, obligó a la CNA a abrir las compuertas de la Presa de la Boca para evitar un desbordamiento.