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© ArchivoVolcán Turrialba
Las erupciones de ceniza del volcán Turrialba, ocurridas entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre, cubrieron un área de 1.000 km².

El dato lo suministró la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica (UCR), que, en un informe sobre la actividad volcánica, detalló que en la parte alta de la cima, el grosor fue de 2,5 metros, en tanto en sitios de la periferia, como La Picada y La Silvia, llegó a 30 centímetros.

En un lugar más alejado, como La Central, ubicado a seis kilómetros de distancia del cráter, el espesor fue de 5 cm.

Para los especialistas en vulcanología, los cantones más afectados por los residuos son Oreamuno, Alvarado y Turrialba, sobre todo en los cultivos de hortalizas y los repastos.

Asimismo, hicieron ver que los vientos llevaron la ceniza a La Unión, Vázquez de Coronado, Moravia, Curridabat, Desamparados, Aserrí, Escazú, Santa Ana, Belén, Alajuela centro, Montes de Oca, Goicoechea, San José centro, Alajuelita, Tibás, Santo Domingo, Heredia centro y Puriscal, este último cantón ubicado a 63 kilómetros del Turrialba.

Las actuales erupciones son de menor cobertura que las ocurridas entre 1864 y 1866, cuando cubrieron un área de 3.400 km², y el doble de la sucedida en el 2010, cuando abarcó 500 km².

Origen

En el informe, firmado por los vulcanólogos Gino González Ilama, Raúl Mora Amador, Carlos Ramírez Umaña y Yemerith Alpízar Segura, se detalló que este período eruptivo se debe a un incremento en la presión de los gases en la llamada cámara magmática, la cual se encuentra en el interior del volcán.

Los gases rompieron el techo de la cámara, que se llama caparazón, y ascendieron acompañados de pequeñas cantidades de magma. Tal situación provocó que colapsara una de las paredes del cráter y el material, conformado por bloques, ceniza y gases, saliera a la superficie, explicó el documento de los vulcanólogos.

Hubo erupciones freáticas (gases, lodos y ceniza) y estrombolianas (rocas, gases, ceniza y también magma).

La erupción que se produjo el viernes 31 de octubre a las 3 p. m. generó, además de la columna eruptiva, un pequeño flujo de gases y rocas incandescentes, las cuales descendieron por una de las paredes del cráter. Aunque se pensó que podría tratarse de lava, Raúl Mora dijo ayer que no puede afirmarlo hasta tanto no tengan a mano muestras de esos restos.

La RSN informó de que las rocas lanzadas por el volcán, algunas de las cuales tenían un diámetro de 1,5 metros, llegaron hasta una distancia de 700 metros.

Baja la actividad

Tanto la RSN como el Ovsicori informaron ayer de que la actividad del Turrialba bajó en comparación con la percibida entre el miércoles y el sábado.

Raúl Mora dijo: "La liberación de gases sigue muy activa. Los sonidos son intensos. La columna sigue siendo muy vigorosa, pero es de color blanco y no se escucha la caída de bloques o rocas en el cráter".

Por su parte, el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) comunicó que, en las últimas 24 horas, la actividad sísmica disminuyó y hubo más explosiones, pero advirtió de que el nivel de sismicidad es mayor que el registrado antes de iniciarse la actual fase eruptiva.

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