Vladimir putin
© RIA Novosti Alexey Druzhinin
Traducido por el equipo de Sott en español

Ahora es el momento para los recuerdos, y los que no dejan de preocuparme son de mi niñez que parecía, en su momento, ser una niñez feliz y sin problemas. Sin embargo, todos los adultos en mi vida vivían bajo la sombra de una guerra recien superada. Y no me refiero al lado emocionante y glamoroso de la guerra, sino al aspecto hambriento, miserable y lleno de miedo.

Mi madre, aún en su prosperidad de la clase media, no podía ni tirar una cáscara de huevo sin primero pasarle el dedo por dentro para quitarle toda la clara. Ningún carnicero se atrevió una segunda vez a timarle con los pesos.

Perseguida durante su vida por el racionamiento, habitualmente rompía una tableta de chocolate en las piezas más pequeñas. También había sido bombardeada desde el aire en Liverpool y había desarrollado un fatalismo para poder enfrentarse con el peligro diario de ser volada, algo que me resultó chocante entonces y ahora.

Ahora tengo estos recuerdos muy presentes porque estoy rodeado de personas que parecen pensar que la guerra podría ser divertida. Esto es lo que sucede cuando las generaciones de los tiempos de guerra son olvidadas por sus hijos, quienes parecen necesitar aprender la verdad de nuevo.


Comentario: Una perfecta definición del ciclo histeroide de la Ponerología Política:

Lo más típico de tal período es un alto nivel de histeria, como la que hubo en Europa en el cuarto de siglo antes de la primera guerra mundial.

Durante los "tiempos felices" de paz, mantenidos a expensas de la justicia social, los niños de las clases privilegiadas aprenden a reprimir del campo de la consciencia ideas perturbadoras que sugieren que tanto ellos como sus padres son beneficiarios de la injusticia cometida en contra de otros. Dichos jóvenes aprenden a menospreciar y a descalificar los valores morales e intelectuales de cualquier persona cuyo trabajo su clase está explotando para obtener ventajas propias. De esta manera, las mentes jóvenes adoptan hábitos de selección y sustitución subconsciente de datos, lo cual lleva a una economía de razonamiento conversiva e histérica. Se convierten luego en adultos más bien histéricos y, a través de los mecanismos que acabo de mencionar, transmiten su histeria a las generaciones siguientes quienes, más tarde, desarrollan aún más esas características. Por ende, los patrones histéricos que determinan la experiencia y el comportamiento crecen y se difunden desde las clases privilegiadas hacia las inferiores, hasta traspasar el límite del primer criterio ponerológico: la atrofia de las facultades críticas naturales con respecto a los individuos patológicos. [...]

Durante los buenos tiempos, las personas pierden progresivamente de vista la necesidad de realizar una profunda reflexión e introspección, conocer a los demás y comprender las leyes complejas de la vida. ¿Vale realmente la pena reflexionar largo y tendido acerca de las propiedades de la naturaleza humana y de la personalidad imperfecta del hombre, ya sean propias o ajenas? ¿Podemos comprender el significado creativo del sufrimiento que no hemos experimentado en carne propia, en lugar de tomar el camino más fácil y culpar a la víctima? Cualquier esfuerzo mental adicional parece una tarea sin sentido cuando los placeres de la vida están al alcance de nuestras manos. Una persona inteligente, liberal y feliz es vista con beneplácito, mientras que alguien capaz de ver a futuro y de predecir resultados nefastos se convierte en un aguafiestas.

Durante los "buenos" tiempos,
percibir la verdad acerca de nuestro entorno y, en especial, comprender la personalidad humana y sus valores, dejan de ser una virtud; todo aquél que se haga preguntas y plantee dudas es menospreciado y se le juzga de ser un entrometido incapaz de dejar el bienestar tranquilo. A su vez, esa actitud conlleva al empobrecimiento del conocimiento psicológico, así como de la capacidad para diferenciar las propiedades de la naturaleza humana y de la personalidad, y de la habilidad para moldear la mente de manera creativa. El culto del poder reemplaza así aquellos valores mentales tan esenciales para mantener las leyes y el orden de manera pacífica. Podríamos decir que el enriquecimiento de una nación con respecto a la visión psicológica del mundo, o por el contrario, su involución, permiten predecir si su futuro será bueno o malo.

Durante los "buenos" tiempos, la búsqueda de la verdad se vuelve problemática porque revela hechos incómodos.



Me resultaba bastante claro de sus experiencias, que la guerra realmente había sido un asunto miserable de miedo, hambre, ropa escasa, ventanas rotas y oficiales insolentes. Y estoy hablando del lado de la victoria, aunque mi padre, que luchó en ese lado, nunca estuvo muy convencido de que fuera realmente una victoria.

Ahora me encuentro rodeado de gente que quiere una guerra con Rusia, una guerra que todos podríamos perder. Parecen creer que vivimos en una versión real del Señor de los Anillos, en la cual Moscú es Mordor y Vladimir Putin es Sauron. Algunos artistas humoristas en Moscú, que se han dado cuenta de esto, han intentado montar un Ojo de Sauron gigante en una torre de Moscú.

Creemos que somos los héroes, partiendo con corazones bravíos para enfrentarnos al Señor Oscuro, y liberar a los santos ucranianos de su malvado hechizo.

Pura basura. Desde 1989, Moscú, el supuesto agresor, sin meterse en ninguna guerra, ha cedido de forma pacífica, el control sobre unas 180 millones de personas y unas 700,000 millas cuadradas de territorio valioso.

La UE (y su ala militar, la OTAN) en el mismo período han ganado el control sobre más de 120 millones de esas personas, y casi 400,000 de esas millas cuadradas.

Hasta hace casi un año, Ucrania seguía sin alinearse entre los dos grandes poderes europeos. Pero la UE quería su tierra, sus 48 millones de personas (¡menuda fuente de mano de obra barata!) su costa del Mar Negro, su carbón y su trigo.

Así que primero, se gastó unas £300 millones (algunas vuestras) en grupos 'civiles' anti rusos en Ucrania.

Luego políticos de la UE y la OTAN rompieron todas las reglas de la diplomacia y descendieron sobre Kiev para juntarse con los manifestantes que pedían que Ucrania se alineara con la UE.

Imagínate cómo te sentirías si políticos rusos hubieran aparecido en Edimburgo en septiembre animando a los escoceses a que votaran a favor de la independencia, o si dinero ruso hubiera sido usado para financiar organizaciones pro independencia.

Después un grupo violento (20 policías murieron, según la ONU) expulsó al presidente electo de su oficina, en violación de la constitución ucraniana.

Durante todo este proceso, Ucrania seguía siendo lo que había sido desde el comienzo - totalmente corrupta y dominada por oligarcas dudosos, pues más o menos como Rusia.

Si no quisieras tomar partido en este lío, no me extraña. Pero la mayoría parece estar haciéndolo.

Parece que hay un auténtico apetito para una confrontación en Washington, Bruselas, Londres y... Arabia Saudita.

Hay una alegría de autosatisfacción por el colapso del rublo, causado por la misteriosa caída del precio del petróleo global.

Es curioso lo de recrearse contemplando este extraño acontecimiento, que también está destruyendo negocios y puestos de trabajo en este país. ¿Por qué no están actuando los Estados petroleros del Golfo - como podrían hacer y como normalmente harían - para apoyar el precio del producto que les hace ricos?

No lo sé, pero no hay duda de que la Rusia del señor Putin ha sido un gran obstáculo para el plan de los Estados del Golfo de destrozar al gobierno de Assad en Siria, y EEUU y Gran Bretaña (por motivos que quisiera saber) se han puesto en el lado del Golfo en esto.

Pero ¿tenemos alguna idea de lo que estamos haciendo? Los rusos son bastante estoicos y han vivido horrores inimaginables para la mayoría de nosotros, incluso un colapso de su moneda en 1998 que arruinó a millones. Pero hasta esta semana tenían algo de esperanza.

Si alguien está intentando castigar a la gente rusa por ser patriotas, destruyendo su moneda, no puedo imaginar nada más irresponsable. Fue la destrucción del marco alemán en 1922, y la eliminación de la clase media como resultado de esto, lo que llevó directamente a Hitler.

Las personas estúpidas y mal informadas hoy día comparan al señor Putin con Hitler. Les advierto a ellos y a vosotros que si logramos echar al señor Putin al causar una híper inflación en Rusia, es posible que averigüemos lo que realmente es un Hitler ruso. Y que una guerra en Europa no es nada divertida.

Así que, ya que es casi navidad, cantemos con atención ese precioso pero sombrío villancico, It Came Upon The Midnight Clear, (Llegó En Una Medianoche Clara) poniendo énfasis en las líneas que dicen "El hombre en guerra contra el hombre no oye la canción de amor que traen. Ay, callad el ruido, hombres de conflictos, y escuchad a los ángeles cantar".

O relámete por tu cuenta y riesgo con las escenas de pánico en Moscú.