"Quieren arrastrarnos a un conflicto, en el que no tenemos nada que ganar", asegura Viktor Orban sobre el enfretamiento entre Rusia y EE UU, cuyo Gobierno le acusó de corrupción

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El primer ministro húngaro, Viktor Orban, acusó el martes a Estados Unidos de injerencia en los asuntos internos de los países de Europa central, al tiempo que calificó de "pretexto" las acusaciones de corrupción lanzadas por Washington contra Budapest.

"Estados Unidos no se contenta sólo con intervenir, sino que actúa activamente en la vida política de los países de Europa central", declaró Orban en una entrevista de final de año en la cadena pública M1. "Hemos entrado en una nueva era", añadió.

Un clima de guerra fría se ha instalado entre Estados Unidos y Rusia a causa del conflicto en Ucrania, añadió el jefe del gobierno húngaro, para quien su país -miembro de la Unión Europea y de la OTAN- debería "mantenerse al margen de esto". "Quieren arrastrarnos a un conflicto, en el que no tenemos nada que ganar", insistió.

A mediados de octubre, Washington declaró persona non grata a seis altos cargos húngaros, a causa de las sospechas de corrupción. Aunque los nombres no fueron divulgados, varios medios de comunicación citaron entonces al jefe de los servicios fiscales húngaros como una de esas personas. "Cualquier persona que piense sabe que las acusaciones de corrupción son sólo un pretexto (...) Estados Unidos busca la influencia", declaró Orban en la entrevista.

El presidente estadounidense, Barack Obama, había citado en septiembre a Hungría entre los países que reprimen la sociedad civil. Por su parte, a principios de diciembre, el ex candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, calificó a Viktor Orban de "dictador neofascista" ante el Senado. "La independencia de Hungría se encuentra atacada", había respondido Orban en la radio pública.