"La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos".
Louis Dumur
En el mundo de las ciencias exactas las fórmulas mandan; allí las matemáticas asisten a los hombres de ciencia para capturar a la naturaleza entre letras y coeficientes que dan como resultado una aceptable representación de algún aspecto de ella. Pero en el mundo de las relaciones humanas al parecer la ciencia de los números y los cálculos no ha logrado representar con atino el comportamiento humano o describir con acierto las relaciones entre individuos... ¿o sí?
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Las matemáticas de la política

El político es un sujeto peculiar. Su campo de acción, contrariamente a lo que muchos creen, no es por lo general el del bien público o el del ordenamiento de la sociedad, sino el éxito a la hora de convencer a las masas de que en este campo radica su interés. Y no hablamos aquí puntualmente del político barrial o de escaso alcance aunque en varias ocasiones este sea el punto de partida de grandes políticos, sino del "gran político", el que rige los destinos de naciones enteras o grandes grupos de individuos.

Para lograr su cometido, la seducción de las masas, el político sólo debe seguir una simple fórmula: M + P + I = E o más claramente expresado: Mentiras + Promesas + Imagen = Éxito

La aplicación de esta simple ecuación, en las circunstancias en la que vivimos, garantiza que el aspirante alcance su objetivo: ubicarse y mantenerse en una posición de poder que le garantice satisfacer sus ambiciones materiales y saciar su incontrolable deseo de controlar y dominar a otros.

Y cuando hago referencia a "circunstancias en la que vivimos" estoy refiriéndome a un profundo desdén por la verdad, a una decepcionante apatía hacia la observación de la realidad que nos circunda, a un constante estado de expectación cómoda donde estamos esperando siempre que alguien más venga y nos solucione todos nuestros problemas, a una letal mezcla de torpeza intelectual y mala memoria que nos hace olvidar los engaños y los desmanes que nuestros elegidos líderes cometieron apenas un tiempo atrás...

Todo esto conforma el perfecto caldo de cultivo para que se propague esta mortal plaga, para que sigamos una y otra vez depositando nuestra confianza en los mismos sujetos y les permitamos año tras año prolongar su reinado de terror.

En este punto usted quizá piense: "Pero cómo, ¿no hay acaso un político decente? ¿No existen hombres que con honestidad puedan gobernar para bien de la humanidad?". Y yo le tengo que contestar que sí, que existen, pero son muy escasos y rara vez tienen la oportunidad de gobernar justamente por culpa nuestra, porque aún somos tan infantiles que preferimos al político simpático con una amplia sonrisa y que nos diga las cosas que nos gustan escuchar, al líder sincero que con un semblante serio nos dice las cosas tal cual son.

Las Mentiras

Como bien dicen para muestra basta un botón. El 11 de septiembre del 2001 el mundo entero fue testigo de hasta que punto la clase política puede llegar para llevar adelante su agenda. Los catastróficos eventos de aquel día constituyeron la base para legalizar ante los ciudadanos norteamericanos (y también ante muchos crédulos ciudadanos del mundo) una avanzada mortalmente agresiva sobre varios objetivos estratégicos de EE.UU. en el mundo. De no haber sido por el miedo, la ira, y la sed de venganza provocada entonces por el gobierno estadounidense sobre su población, esta injustificada y brutal campaña llevada a cabo sobre países como Afganistán o Iraq hubieran sido vistas como lo que realmente era: la invasión bárbara de un imperio despiadado.

El cuento de hadas creado aquel día sobre una supuesta organización terrorista llamada Al-Qaeda que quería ver a los EE.UU. de rodillas y doblegar el "noble" espíritu de esa "grandiosa" nación se convirtió en la excusa perfecta para que hicieran prácticamente lo que les plazca sin que nadie se atreviera demasiado a cuestionarlos. Merced a este escandaloso engaño un puñado de psicópatas arruinó naciones enteras y condenó a una horrorosa muerte a millones sólo para saciar su codicia.

¿Pero cómo fue posible que les creyéramos? ¿Por qué tienen ese poder sobre nosotros? Fue a partir de entonces que se impusieron las medidas de "continuidad del gobierno" (COG, siglas de Continuity of Government), el voto del "Acta Patriota", y la proclamación del 14 de septiembre de 2001 de un estado de urgencia que todavía se mantiene en vigor. Cada una de estas imposiciones implicó descender un escalón más hacia una segura esclavitud. ¿Tenemos vocación de esclavos acaso?

Peter Dale Scott recuerda aquellos días con estas palabras:
La guerra del terror fue formalmente declarada por George W. Bush en la noche del 11 de septiembre de 2001, cuando anunció en su discurso a la nación que Estados Unidos no reconocería «diferencia alguna entre los terroristas que perpetraron estos actos y quienes los albergan» [4]. Pero la noción según la cual el objetivo de la guerra del terror de Bush era perseguir a los terroristas perdió su credibilidad en 2003, cuando se aplicó esa fórmula al Irak de Sadam Husein, país conocido no por albergar terroristas sino como blanco del terrorismo [5]. En 2005, aquella noción siguió perdiendo credibilidad como consecuencia de la publicación en Gran Bretaña de lo que se conoce como el Memo de Downing Street. En ese documento, el director del MI6, los servicios británicos de inteligencia exterior, informaba - después de una visita a Washington, en 2002 - que «Bush quería derrocar a Sadam Husein mediante una acción militar, justificada por el vínculo entre el terrorismo y las ADM (Armas de Destrucción Masiva. NdlR.). Pero los hechos y los datos de inteligencia estaban falseados para responder a los objetivos políticos» [6]. Posteriormente, toda una serie de historias falsas que vinculaban a Irak con las ADM, el ántrax y el concentrado de mineral de uranio del Níger (el «yellow cake») aparecieron en la prensa en el momento oportuno.
En estos últimos 13 años las mentiras han salido a la luz una y otra vez, incluso reconocidas por alguno de los mismo políticos que las perpetraron entonces, y aún así existen millones de personas (en especial estadounidenses) que siguen creyendo en el peligro del terrorismo islámico o en que un loco musulmán puede volarlo por los aires en cualquier momento.

Ya nadie mentalmente sano puede dudar hoy día que las famosas armas de destrucción masivas de Saddam Hussein nunca existieron, y que la maquiavélica invasión de Iraq fue la consumación de un plan que existía desde mucho antes del 2001.
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© Internet
Múltiples ejemplos de mentiras exitosas están frescos en nuestros recientes recuerdos. Recuerde que EE.UU. afirmó categóricamente que el gobierno sirio con Al-Assad a la cabeza había atacado con armas químicas a su propia gente, y que no mucho tiempo después se supo que tal cosa nunca ocurrió. En aquel entonces fue gracias a la intervención diplomática de Vladimir Putin que se evitó otra nueva invasión en Medio Oriente. Tampoco hay que olvidar que actualmente EE.UU. afirma solamente para las cámaras, sin prueba alguna, que Rusia derrumbó el avión MH17 de Malaysia Airline. Una grosera mentira que el gobierno de EE.UU. no siente vergüenza de propagar en todas direcciones esperando que una vez más lo incautos caigamos en sus engaños y creamos que Rusia es el "demonio rojo" que resurge de sus cenizas. ¿No ve acaso su obvia táctica? Ellos ansían que todos veamos a Rusia como una amenaza y así que no cuestionemos sus agresivas sanciones contra el coloso siberiano o una eventual escalada militar contra ellos en un futuro quizá no muy lejano. Nos están manipulando todo el tiempo, nos están diciendo mentiras u ocultando la verdad a sabiendas de que somos vulnerables a sus oscuros manejos.

La clase política miente, miente, y miente... y nosotros lamentablemente les creemos cada una de sus mentiras.

Promesas

¿Se acuerda de esto? "Vamos a cerrar el campo de detención de la bahía de Guantánamo, el lugar de tantos de los peores abusos constitucionales en los años recientes"... ¿sabe quién dijo esto? Barack Obama en el año 2008 en plena campaña electoral... y ahí sigue Guantánamo, funcionando a toda máquina. ¿Y esto?: "Cuando sea presidente, las instituciones financieras harán lo suyo y pagarán su parte, y los contribuyentes de EE.UU. no volverán a tener que poner su dinero para pagar por la avaricia e irresponsabilidad de Wall Street"... Esa promesa de campaña antecedió a un multimillonario paquete de estímulos que incluía comprar activos tóxicos a los bancos. ¿Nos toman por idiotas acaso? Yo creo que sí, estoy convencido de que ellos nos ven como cosas apenas vivas y de inferior condición.

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No hay nadie más vulnerable al efecto devastador de las promesas que un votante esperanzado. Año tras año le toman la palabra a los políticos creyendo que esta vez sí, esta vez es el candidato correcto; pero nunca lo es, sus palabras son sólo eso, palabras vacías.

Probemos su memoria otra vez. Quién dijo en campaña: "Yo no voy a subir los impuestos, no" y más tarde agregó: "Subir los impuestos hoy significa más paro y más recesión. Subir los impuestos hoy es darle una vuelta más a las maltrechas economías de las familias y las empresas". ¿Ya adivinó de quién estamos hablando? Meses después de estas declaraciones el primer Consejo de Ministros presidido por Rajoy aprobó una gran subida de impuestos que afectó a las rentas de los trabajadores, del ahorro y al IBI. En meses sucesivos, el Gobierno aumentó otros impuestos, entre ellos el IVA, que por primera vez subió tres puntos de una tacada. Claro que Rajoy culpó a la herencia recibida de Zapatero por no poder cumplir sus promesas, pero lo que el presidente ibérico olvidó al argumentar tal cosa es que él mismo afirmó en campaña: "No me voy a quejar de la herencia que reciba".

También Rajoy prometió: "Le voy a meter la tijera a todo salvo a las pensiones públicas y, aunque sea competencia de las Comunidades Autónomas, a la sanidad y la educación, donde no quiero recortar los derechos de los ciudadanos". En abril de 2012, estas partidas sufrían un recorte de 10.000 millones de euros, en el 2014 Sanidad tuvo un 35,6% menos de presupuesto, y Educación acumula un recorte del 24% en tres años.

Claro que es lógico pensar que un político puede tener un plan antes de ser elegido y luego tenga dificultad para ejecutar ese plan. El asunto clave aquí es la absoluta falta de sinceridad hacia el pueblo a la hora de dar explicaciones, reconocer errores o limitaciones. ¿Quiere ver un ejemplo de buen político? Mire cómo contesta Vladimir Putin ante los planteos de incumplimiento de un periodista:
PREGUNTA (RADZHAB SAFÁROV): Mi nombre es Radzhab Safárov de la revista Delovói Irán. Vladímir Vladímirovich, hace exactamente un año, en esta misma sala anunció que "Irán es uno de los aliados prioritarios de Rusia". Es una cita directa.

VLADÍMIR PUTIN: Gracias por la confianza.

RADZHAB SAFÁROV: Dijo también "estamos dispuestos a fomentar las relaciones bilaterales, es nuestra elección consciente". Pero pasó un año, el intercambio comercial no hizo sino disminuir, no hubo contactos especiales que pudieran promover acuerdos importantes y concretos. Nadie invita a Irán a la Organización de Cooperación de Shanghái ni a la Comunidad euroasiática. Tampoco participa en las discusiones de importantes problemas en el campo de la energía. El contrato en la esfera del petróleo que se firmó a principios del año en curso no se puso en práctica. Los volúmenes del intercambio comercial registrados este año son un 0,5% inferiores a los volúmenes que tiene Rusia con otros países. Parece paradójico que nadie en su país quiera responsabilizarse por ese estado de las cosas. Ningún funcionario asume responsabilidad por la reducción del intercambio comercial. ¿Tendría sentido que nombrara representantes del presidente o del Gobierno encargados del intercambio comercial con países concretos y del estado de las relaciones económicas y comerciales? Y, por último, muchísimas cosas dependen de cómo trabajan los embajadores. Posiblemente debería replantear sus actividades. Si un embajador a lo largo de un año no desarrolla o no contribuye a las relaciones comerciales y económicas ni siquiera en un 5%, y si durante un segundo año no existe ese desarrollo, ¿entonces la solución tal vez sea sustituir al embajador? En realidad, parto de que de nuestra cooperación, me refiero a la cooperación con Irán, dependen muchas cosas. El año pasado usted prometió que viajaría a Irán, pero esto no ocurrió. Usted prometió que se firmaría un gran acuerdo económico con Irán, y esto tampoco ocurrió. No lo comprendo, o hay algo que ha cambiado en su estrategia, o su equipo no acata sus directrices. Muchas gracias.

VLADÍMIR PUTIN: Lo primero, referente a los embajadores. Por supuesto que las obligaciones de un embajador implican mejorar permanentemente los vínculos entre los dos Estados, pero aumentar el comercio no es su obligación directa. Si actuamos como nos recomienda usted, nos van a faltar embajadores. Y la eficacia de la labor de una misión diplomática la determinan el ministro de Asuntos Exteriores y por último este humilde servidor a partir de los informes de la cancillería. Desde luego que vamos a evaluar, en particular gracias a su pregunta, la eficacia de nuestra embajada, pero en términos generales estamos satisfechos con su labor.

En cuanto al intercambio comercial, es cierto que ha caído ligeramente. Se habló de ello con el presidente de Irán, y se intenta mejorar el comercio, tanto su estructura como el volumen. No solo depende de nosotros, sino de la situación que se está creando en la economía global. Son procesos de índole estrictamente objetiva, porque también Irán es un país productor de gas y petróleo y en gran medida la economía iraní está vinculada con el sector mundial de los hidrocarburos.

Estamos ahora ante una caída del precio de los recursos energéticos, del petróleo. Se habla mucho de por qué esto ocurre. De si es una conspiración entre Arabia Saudí y Estados Unidos para castigar a Irán, influir en la economía de Rusia, en Venezuela, etc. Puede ser. O no. Tal vez sea simplemente una lucha de los productores tradicionales contra el petróleo de esquisto. Y pronto - ya se ha aproximado casi a su coste primario, coste cero - , puede bajar y mantenerse en este nivel: y entonces todo finalmente se desplomaría y el precio volvería a subir. No podemos decirlo a ciencia cierta.

¿Puede coincidir el interés de la Administración de EEUU y el de los principales productores? Puede, porque la Administración ve con mucha tranquilidad las inversiones que han hecho compañías privadas en la extracción de petróleo de esquisto. Para ellos lo más importante es el nivel general de los precios. Pero si este precio se mantiene constantemente muy bajo, las empresas finalmente dejarán de invertir en los hidrocarburos de difícil extracción y en nuevos yacimientos. Y en medio del crecimiento económico global esto se disparará alguna vez de tal forma que habrá un impacto negativo incluso para los países industrializados. Muchos lo comprenden, también nuestros amigos chinos, por cierto.

No les interesa que el petróleo caiga demasiado y se mantenga bajo durante mucho tiempo. Rusia busca posibilidades para diversificar la cooperación con Irán y lo va a hacer, lo hace de forma sincera. Algunas cosas salen bien y otras no. Se trabaja en los ámbitos de la ingeniería mecánica, de la aeronáutica, se buscan otras posibilidades de diversificación aparte del sector de los hidrocarburos... Pero el contrato que ha mencionado usted lo queríamos poner en práctica, de verdad, y no tiene usted razón cuando dice que no tenemos quien responda de ello. Nuestro ministro de Energía ha viajado en más de una ocasión a Irán y ha invitado a Rusia a sus socios. Ha sido un proceso muy difícil de búsqueda de una opción aceptable para ambas partes, que finalmente ha sido encontrada. Ha habido dificultades con los cálculos, todo un abanico de problemas, pero los hemos resuelto en términos generales. Hace falta voluntad de ambas partes, y que estos contratos, también en materia petrolera, sean ventajosos... Al fin y al cabo, no es el Gobierno quien va a comercializar el petróleo iraní, lo tienen que hacer las empresas correspondientes, pero es necesario que los contratos sean ventajosos para ellas. Es un asunto difícil, pero tenemos un verdadero interés y lo vamos a hacer, vamos a trabajar en la búsqueda de vías para ampliar y aumentar el intercambio comercial.

Por supuesto que vamos a colaborar con los socios y amigos iraníes en la solución al programa nuclear iraní. Creo que estamos muy cerca de resolver este problema, y el Gobierno iraní muestra una gran flexibilidad, en mi opinión. En general, no llego a entender cómo es que hasta ahora no se han firmado los acuerdos definitivos sobre el programa nuclear iraní. Espero que esto ocurra próximamente. Y de ser así vamos a ver también cambios sustanciales en nuestros vínculos económicos.

Mi viaje a Teherán es muy probable, y se acordará por la vía diplomática con vistas a un momento bueno para nuestros socios y para mí. He visitado Teherán (no importa, he estado). Y es que, comprenda usted, lo importante no es viajar por viajar. Cuando vaya a Teherán, ¿qué es lo que haré allí? Ver al presidente. Pero me he entrevistado con él recientemente, y no ha sido una vez, y seguiremos manteniendo el contacto. Si vemos que es necesaria una visita especial, no habrá restricciones. Mire usted, no tenemos restricción alguna relacionada con presiones exteriores de cualquier tipo. Prometimos construir una central nuclear y lo hemos hecho. Hemos firmado ahora contratos para seguir cooperando, y lo haremos. De ahí que sea una cuestión de carácter meramente técnico. La abordaremos.
Estas situaciones son aceptables, uno tampoco puede ser tan necio de pensar que las condiciones son estáticas y permanecen sin cambios, pero de ahí a prometer cualquier barbaridad a sabiendas de que son imposibles de cumplir hay una enorme distancia.

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En la película "The Adjustment Bureau" (Destino oculto en España y Agentes del destino en Hispanoamérica) Matt Damon, encarnando al joven político en ascenso David Norris, da al comienzo un breve discurso ante sus simpatizantes:
Crecí no muy lejos de aquí en Red Hook. Pero teníamos una regla en mi vecindario: en una pelea lo importante no era que te derribaran o no, sino lo que hacías cuando te levantabas. Y hoy vine a decirles que me levantaré...[pausa]... Es mentira... no teníamos esa regla en mi vecindario, sólo es una de esas frases que tuvo impacto con el grupo de enfoque... así que seguimos usándola, pero no es verdad. En 1998, hicieron un artículo sobre mí en GQ. Se titulaba "El congresista más joven de la historia". Desde entonces, todos los artículos intentan explicar cómo ascendí tan rápido. Y la palabra que todo el mundo usaba era "auténtico". Pero éste es el problema, esta corbata ni siquiera es mía. Esta corbata fue seleccionada por especialistas de Tenafly, Nueva Jersey que la eligieron de entre más de 56 corbatas que probamos. De hecho, la información revela que tengo que limitarme a corbatas rojas o azules. Las amarillas hacen parecer que no tomo mi situación en serio y que podría bajarme los pantalones de nuevo. Una corbata plateada indicaría que olvidé mis orígenes. Mis zapatos: los zapatos brillantes son relacionados con abogados caros y banqueros. Si quieres el voto de un trabajador, ráspalos un poco. Pero si te excedes, alejarás a abogados y a banqueros... Y ellos le pagan a los especialistas en Tenafly. ¿Cuál es el raspado ideal?... Le pagamos a un consultor $7.300. ¿Fueron $7.300, Charlie? $7.300 para que un consultor nos dijera que éste es el raspado ideal.

En este arrebato de franqueza, aunque en un mundo de ficción, es posible hacerse una idea de cómo operan los hacedores de imagen en el mundo real de la política.

Las empresas asesoras de imagen tienen como misión fabricar un personaje a través de un entendimiento de qué cosas son las que impactan más y mejor en el electorado. El trabajo que éstas realizan sobre la imagen del político no es meramente estético, sino que implica tomar en consideración la situación política del país, los cambios en la opinión pública, los temas que preocupan al electorado, la imagen del resto de los candidatos, los resultados de las encuestas, y sobre todas las cosas, la psiquis del votante. Esto último es fundamental, pues es este conocimiento, el de la psiquis, el que permite influenciar subliminalmente a las masas indecisas y provocar simpatía por el candidato en cuestión. En fin... el único motivo para que un político tenga asesores de imagen es el del engaño, el de crear artificialmente una proyección fantástica del político que tenga atributos valorados por los ciudadanos con el que él en verdad no cuenta.

De este trabajo resulta que los pueblos votan a una figura de ficción, a un personaje que es teatralmente construido para agradar, sin importar si el sujeto tiene buenas intenciones o es apto para la función que va a desempeñar. Y cuanto más retorcidas sean las intenciones y menos apto sea el candidato, más trabajo tendrán estos hacedores de imagen para hacer pasar por un gran hombre a un canalla.

Las técnicas utilizadas por estos expertos son muy similares a las técnicas aplicadas por la industria del marketing. Básicamente todo el trabajo es propaganda. ¿Usted no cree ser tan vulnerable a una frase, el color de una corbata, o el aspecto de un par de zapatos? Mire lo que nos dice Edward Bernays, apologista del control social mediante la manipulación y la influencia subliminal, en su libro Propaganda:
El propagandista, aprovechándose de un viejo cliché o manipulando uno de nuevo cuño, puede dirigir a veces una masa completa de emociones colectivas. En Gran Bretaña, durante la guerra, los hospitales para los evacuados del frente recibieron numerosas críticas porque trataban a los heridos de manera expeditiva. El público daba por hecho que los hospitales debían dispensar una atención concienzuda y prolongada a los pacientes.

Cuando se les cambió el nombre por el de Destacamentos para Evacuados las críticas se desvanecieron. Nadie esperaba más que un tratamiento de emergencia de una institución con semejante nombre. El cliché hospital estaba indeleblemente asociado en la mente pública con una imagen particular. Constituía un empeño imposible el persuadir a la gente de que distinguiera a un hospital de otro y disociase el cliché de la imagen que proyectaba. En cambio, el nuevo cliché condicionó automáticamente la impresión pública hacia esos hospitales.
Fíjese como un simple cambio de etiqueta condicionó el comportamiento de los individuos, y los encausó intencionalmente en una dirección bien precisa. Imaginemos este mismo mecanismo (u otros mecanismos mentales análogos) afectando otros aspectos más profundos y significativos como nuestras expectativas materiales o nuestras esperanzas. El mundo de la política ha sido diseñado para construir imágenes que nada tienen que ver con la realidad, que estimulen patrones emocionales que nos hagan perder el buen juicio y desvíen nuestra atención de lo real, lo verdaderamente importante.

¿Hasta cuándo?

¿Hasta cuándo creeremos en sus engaños? ¿Hasta cuándo permitiremos que nuestra voluntad sea arcilla en sus manos?... Las circunstancias actuales nos exigen una actitud más responsable, más comprometida, nos demandan mirar con honestidad hacia nuestro interior y descubrir qué es lo que nos hace vulnerables, nos reclama despertar de este mal sueño y tomar control de nuestras vidas, nos conmina a ver la realidad tal cual es y no como nos gustaría que sea. ¿Podremos lograrlo? ¿Estamos a tiempo de revertir lo que durante milenios hemos dejado que crezca y domine a nuestra tan "glorificada" civilización?... No es fácil contestar estas preguntas, pero como suelen decir: la esperanza es lo último que debería perderse.