Stephan Zweig decía: "Sólo los ignorantes y los fanáticos no vacilan nunca".

En 1910 la medicina era una profesión nada rentable. En los comienzos de los 1900, los médicos tenían la tasa de suicido más alta que en cualquier otra profesión consecuencia del poco estatus social y pobreza. Muchos ciudadanos descubrían que las vitaminas, minerales, hongos medicinales y tinturas herbales podían prevenir y curar la malnutrición y casi todo tipo de virus, infección bacteriana o enfermedad, en especial, con el descubrimiento de las vitaminas A, B12, C y D.
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Hoy en 2014 la industria médico-farmacéutica, es uno de los grandes negocios del mundo. Según el informe de desarrollo de la ONU es el tercer sector económico detrás de la industria armamentística y el narcotráfico.

No está en mi ánimo menospreciar la medicina convencional. Me consta que un gran número de personas viven gracias a ella. Lo que no llego a comprender es el enfoque que se le ha dado a esta, las presiones a las que se ve sometida, los fraudes, oscuros negocios, su falta de visión holística y sobre todo la falta de escrúpulos de aquellos que se enriquecen poniendo en juego la vida de los demás.

Personalmente creo que no se puede prescindir alegremente de la medicina convencional, nuestro estado de dependencia y hábitos de vida son tales, que tal decisión acabaría con nosotros en un corto periodo de tiempo.
Lo más adecuado sería la combinación de la llamada medicina tradicional con aquellas otras medicinas, disciplinas y formas de vida que devuelva a nuestro organismo a su estado natural de salud.
Si entendemos la enfermedad como un negocio, se vulnera el más preciado de nuestros derechos fundamentales: la salud.

En la Antigua China se dejaba de pagar al médico en el momento en el que el paciente enfermaba. En la medicina actual pagamos al médico por estar enfermos.

Medicina preventiva y medicina correctiva

Si nos paramos un momento y reflexionamos, entenderemos la gran diferencia entre medicina preventiva y la medicina correctiva. En la primera el médico se preocupa porque el paciente se encuentre sano, en la segunda, el médico sólo se preocupa del paciente cuando está enfermo.

No es nada disparatado pensar que se ha convirtiendo la enfermedad en un negocio. Veamos:

La medicina convencional, en su mayoría correctiva, se enfocada hacia la enfermedad lo que nos hace dependientes.La industria farmacéutica sustenta los sistemas médicos convencionales.

Es obvio que la industria farmacéutica, crea medicinas para enfermos, ya que las personas sanas, no las necesitan. También es obvio que si existen enfermedades y enfermos habrá negocio. Si un fármaco no genera rentabilidad no interesa esa clase de fármaco. La prueba de ello la encontramos en las llamadas enfermedades raras. Aquellas que por no contar con un número suficiente de enfermos, no van a generar beneficios y, por tanto, no se invierte en la investigación para lograr una solución.

Es así como el 90% del presupuesto dedicado por la industria farmacéutica para la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos está destinado a enfermedades que padece sólo el 10% de la población mundial.
Son muchos los estudios que han demostrado que la medicina preventiva es mucho más rentable y supone un ahorro mayor para los estados. Esta consiste en un cambio general de nuestros hábitos de vida, desde la higiene hasta el control de natalidad independientemente al ahorro que supone.
Sin embargo, la medicina convencional exige grandes inversiones en infraestructuras, hospitales, clínicas, formación profesional altamente cualificada, instrumental, fármacos, etc..

Desafortunadamente, no existe control con respeto al negocio de la medicina convencional, por lo que muchos profesionales buscan su enriquecimiento a costa del dolor humano. Los altos precios de las consultas y clínicas privadas convierte la medicina en un lujo que la hace inaccesible para muchos.

Es evidente que el sistema médico actual tiene una dependencia con respecto a la industria farmacéutica. La enfermedad genera más beneficios que la salud pues nos hace dependientes.

Algunos casos: manifestaciones y denuncias

La mencionada dependencia de los Sistemas Sanitarios con la Industria farmacéutica no es nada nuevo, como tampoco es una invención mía. Existen manifestaciones y denuncias al respecto, así como acciones u omisiones de ciertos gobiernos, entre los que podemos recordar los siguientes:

El Dr. Louis de Brouwer consultor internacional de la ONU-UNESCO en su libro "La mafia pharmaceutique et agro-alimentaire" dice: "La medicina moderna es administrada por una oligarquía potente resultante de los grandes grupos quimicos-farmacéuticos, que llegan a condicionar las elecciones de los Gobiernos, políticas e instituciones de la salud gracias a extraordinarios medios financieros. Una denuncia sin concesiones de todos los fraudes, abuso, estafas..".
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© Desconocido
Según denuncia el citado autor las vacunaciones múltiples minan el sistema inmune que abre la puerta en los efectos numerosos tales como esclerosis múltiple, alergias, cánceres, enfermedades inmunes, y probablemente SIDA.

En otro de sus libros "Las mafias político-económicas que dirigen el mundo" denuncia: "el poder político es ejercido a nivel mundial por un pequeño grupo de individuos sin escrúpulos que se encuentra en EEUU, un país gobernado por dirigentes de diversas sociedades secretas, y que "casualmente" coincide que son los dueños de los seis principales bancos. Este pequeño grupo dirigente constituye el cerebro que domina el mundo".

También la Dra. Ghislaine Lanctôt autora del best seller mundial "La mafia médica" dijo; "El Sistema Sanitario es una verdadera mafia que crea enfermedades y mata por dinero y poder" y denuncia el actual sistema sanitario y la corrupción que hay tras el mismo, permitida y amparada por médicos y gobiernos en beneficio de las grandes empresas farmacéuticas y en detrimento de los ciudadanos. De ahí que propugne la vuelta a la soberanía individual sobre la salud como forma de acabar con esa mafia.

Y casi en la misma dirección, las declaraciones del Dr. Mathias Rath: "La industria farmacéutica no es una industria que haya crecido de forma natural. Fue creada artificialmente por inversionistas que, para poder ganar dinero con las enfermedades, tuvieron que bloquear los tratamientos médicos naturales y no patentables de forma que no estuvieran disponibles en ninguna parte del mundo. Al comienzo del siglo XX el grupo Rockefeller ya controlaba la mayor parte del negocio petrolero de Estados Unidos y muchos otros países. Y con la ayuda de esos billones de dólares en ingresos ese grupo de inversión decidió convertir la salud en un nuevo mercado. Sólo que el beneficio o rendimiento de esa inversión dependía de las patentes comerciales de los medicamentos farmacéuticos inventados. Así que los beneficios de la nueva industria se usaron sistemáticamente para convertir la medicina en un negocio manejado sólo por las farmacéuticas. Y en sólo unas décadas la medicina pasó a estar controlada por estos grupos de interés a través de la influencia que ejercían en las escuelas o facultades de Medicina, en los medios de comunicación y en el ruedo político".

Según el Dr. Mattias Rath:
"el sector farmacéutico trata de retardar con su brutal poder algo que ya nadie va a poder detener, la evidencia de que la utilización de vitaminas y otras terapias naturales permiten tratar de forma efectiva y sin efectos secundarios las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y otras muchas enfermedades".

El periodista especializado en salud Ray Moynihan y el investigador de estrategias farmacéuticas Alan Cassels, autores del libro Selling Sickness: How The World's Biggest Pharmaceutical Companies Are Turning Us All Into Patients (Vender enfermedad: cómo las compañías farmacéuticas más importantes del mundo nos convierten en pacientes» centran los argumentos en estrategias, escándalos, presiones y percances de empresas de la Industria Farmaceutica en Estados Unidos).

Estas denuncias y manifestaciones de profesionales de la medicina parecen reforzadas cuando observamos que tras denunciar el New York Times que la multinacional farmacéutica Lilly, ocultó en su momento datos sobre los graves efectos secundarios de su fármaco Zyprexa. De hecho decidió firmar un acuerdo económico de cerca de 550 millones de dólares por las 18.000 reclamaciones por ello. Anteriormente en 2005 Lilly firmó un acuerdo similar con 8.000 demandantes a los que pagó 800 millones de dólares. Los documentos internos de la compañía publicados por el New York Times, nos sumergen en un mundo de oscuros intereses donde lo único que cuenta es el dinero.

En España nos encontramos con el caso Agreal, medicamento inútil se estuvo recetando para aliviar los sofocos de la menopausia, en el cual la Agencia de Medicamentos calló ante el escándalo.

Miguel Jara en su blog transcribió algunas claves para comprender el caso. A pesar de que se dispararon las alarmas en 1987, no se retiró de España hasta el 2005.

La relación de trampas, juego sucio, actuaciones rechazables y prácticas comerciales deshonestas etc, etc., es mucho más larga.

Teresa Forcades, doctora en medicina y monja benedictina española, en su libro "Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas" nos cuenta que de 2000 a 2003 casi todas las compañías farmacéuticas de Estados Unidos pasaron por los tribunales de justicia y que ocho de las mayores farmacéuticas fueron condenadas a pagar más de dos billones de dólares en multas e indemnizaciones.

También Inglaterra se ha visto envuelta en este tipo de orcuro y sucio negocio. Un extraordinario documento publicado por un médico valiente ha desenterrado 30 años de transcripciones oficiales secretas de las reuniones de los comités de vacunas del gobierno del Reino Unido y de los "expertos" médicos supuestamente independientes con sus conexiones con la industria de los medicamentos.

Documentos oficiales secretos muestran que expertos gubernamentales conocían que las vacunas no funcionan y causan enfermedades, que trabajaron para mentir al público y evitar los estudios de seguridad, favoreciendo a la industria farmacéutica.

¿Cómo es posible que esto ha estado sucediendo como mínimo hace 30 años?

Conozcamos algunas citas, el resumen y partes del documento del autor:

"Ocultar deliberadamente información a los padres con el único propósito de lograr que cumplan con el régimen de vacunación "oficial" podría considerarse como una forma de violación ética o de conducta. Los documentos oficiales obtenidos del Departamento británico de Salud (DH) y del Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización (JCVI) revelan que las autoridades sanitarias británicas han estado llevando a cabo esta práctica durante los últimos 30 años, al parecer con el único propósito de proteger los programas nacionales de vacunación."

Pero los beneficios son tan enormes que es más rentable llegar un acuerdo con las partes que enfrentarse a una decisión judicial.

Trescientos millones de dólares. Es la multa que pagó la farmacéutica Pfizer por actuación comercial indecente e inaceptable. Como fue vender su anti inflamatorio Bextra en dosis de 80 miligramos (más caro), cuando solo habían verificado científicamente las dosis de 10 miligramos. Ocho veces más que la dosis aprobada por la agencia federal de Estados Unidos para control de medicamentos. Pfizer también promovió ilegalmente Geodon (contra la esquizofrenia), Lyrica (analgésico) y Zyyox (antibiótico), sobornando a médicos para que los recetaran.

Sin olvidar que Pfizer fue responsable de la muerte de 11 niños en Nigeria, ensayando su medicamento Trovan con niños convertidos en cobayas humanas. Pagó 75 millones de dólares a las familias de las víctimas para evitar el juicio penal.

GlaxoSmithKline y Abbot son otras dos grandes empresas farmacéuticas que también pagaron multas astronómicas por vender sus medicamentos para enfermedades para las que no estaban indicados y también por pagar sobornos a médicos.

Las farmacéuticas Roche y Glaxo, fabricantes del Tamiflu contra la gripe A, tenían claros vínculos financieros con los expertos que asesoraron a la Organización Mundial de la Salud en la campaña contra la gripe A en la que se vendieron millones de dosis de Tamiflu.

Podría decirse sin temor a equivocarnos, que las grandes empresas farmacéuticas han paralizado sus investigaciones de nuevos productos, ahora inventan "nuevas aplicaciones" para los que ya tienen. Contratan "expertos", médicos y medios de comunicación para manipular la opinión pública, creando la falacia de que procesos naturales del ser humano, como la tristeza, la menopausia o la timidez, son enfermedades que hay que tratar con medicamentos. Resulta curioso que en pocos años se ha disminuido de tal manera el límite de normalidad del colesterol que cada vez hay más población que debe tratarse.
Thomas Steitz, premio Nobel de Química 2009, ya destapó que las grandes empresas farmacéuticas no invierten para conseguir antibióticos que curen definitivamente, porque lo que les interesa son medicamentos que hay que tomar toda la vida, no que curen de una vez.
Un informe de la Comisión Europea denunció que las grandes empresas farmacéuticas recurren al juego sucio, gastando fortunas en abogados, para impedir el consumo de medicamentos genéricos sin marca protegida por una patente, mucho más baratos que los fármacos con patente. Y eficaces.

No es un secreto, que un medicamento puede producir cualquier enfermedad: un infarto de miocardio por un antiinflamatorio y por muchos otros fármacos. Muchos causan depresión, como algunos que tratan la presión arterial o los diuréticos en personas de edad avanzada. Los medicamentos para el insomnio pueden provocar crisis de agresividad, muchos casos de irritabilidad al levantarse se debe a medicamentos de este tipo.

Debemos tener claro, que, no hay medicamento sin efectos secundarios, La Agencia Europea del Medicamento calcula que cada año fallecen en Europa 197.000 personas a causa de efectos adversos.

En 1957, surgió en el mercado la droga llamada PARACETAMOL, indicado como tratamiento sintomático para el Dengue, para la fiebre y el dolor, a pesar de no existir ningún estudio, que demostrara la eficacia de este analgésico en el tratamiento del Dengue. Curiosamente a partir de 1957, el Dengue comenzó a derivar en muertes.

El PARACETAMOL es una droga que destruye el hígado. En los Estados Unidos e Inglaterra, este medicamento está prohibido hace tiempo. En Inglaterra, es usado como forma de suicidio.

El paracetamol se une así a otros medicamentos utilizados para tratar la fiebre y el dolor como por ejemplo, los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos, AINES, como ibuprofeno y naproxeno, que también conllevan el riesgo de provocar reacciones cutáneas graves. Neobrufen, cuyo principio activo es ibuprofeno, es el séptimo más vendido en España.

Paracetamol, no sólo comparte reacciones adversas con los citados medicamentos, también con el recientemente retirado Myolastan, el famoso relajante muscular que provocaba necrólisis epidérmica tóxica y síndrome de Stevens-Johnson y que se asoció al menos con once muertes sólo en Francia.

La retirada de Myolastan nos dejó un montón de incógnitas y nadie está interesado en resolverlas. Buena parte de esas incógnitas ya rodean a paracetamol, ibuprofeno y demás. Estos medicamentos están ahora en observación y no sería extraño que tomaran el mismo camino que Myolastan.

Tambien Yasmin, un anticonceptivo de Bayer, es el 22 de la lista de fármacos más tomados. Sólo en Canadá se han producido más de 20 muertes por trombosis. Del mismo laboratorio y también anticonceptivo y antiacné es Diane y ha sido retirado de Francia.

Voltaren, otro AINE al que las autoridades sanitarias europeas están estrechando cada vez más el cerco, como a todos los analgésicos de esa familia medicamentosa.

De Plavix, un anticoagulante de la sangre, se ha descubierto que puede provocar hemofilia.

Cada vez y con más frecuencia descubrimos mas medicamentos, que durante su comercialización, provocan nuevas reacciones adversas.

El PARACETAMOL debería de ser un medicamento controlado y no de venta libre como esta en España.

Pero estos, como infinidad de medicamentos, se encuentran a la venta no para curarnos, todo lo contrario, para hacernos cada día mas dependientes de ellos

La Agencia Europea del Medicamento (EMEA) y la Food and Drug Administration norteamericana (FDA) anunciaron que estaban investigando la seguridad del medicamento Avandia de laboratorios Glaxo. La razón no era el ensayo de 1999 recién descubierto, sino dos estudios publicados en junio pasado, que también asocian el fármaco a riesgos cardiovasculares.

Avandia fue autorizado en 2000 tanto en Europa como en Estados Unidos. Se utiliza contra la diabetes de tipo 2. En España, consumen Avandia unas 80.000 personas.

Los documentos conocidos ahora incluyen algunos correos electrónicos embarazosos para la farmacéutica. Martin Freed, uno de sus ejecutivos, escribía en el mes de marzo de 2001: "A petición de Sr. Mgmt. "estos datos no deben ver la luz del día para nadie de fuera de GSK".

Podría seguir añadiendo casos similares, pero daría igual, nada, ni nadie, puede parar la fuerza de un sector que tiene la capacidad de sobornar a los poderes políticos y fácticos de un país. Solo nosotros, tenemos en nuestras manos el poder de cambiar las cosas, tomando la única decisión posible: "NO INGERIR MAS MEDICAMENTOS".