Conocemos bien lo sucedido el 11 de Marzo de 2011 en la central nuclear Fukushima Daiichi, no conocemos, sin embargo, lo que le sucedió a nuestro planeta a partir de ese día. Mientras que los medios de masas nos mostraron reiteradamente las explosiones en el reactor 1 y 3 de la planta, nunca vimos en la televisión lo sucedido en el Reactor 4. Esta es, en síntesis una hipótesis de lo que pudiera haber acontecido realmente.
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En el momento del terremoto y posterior tsunami, el Reactor 4 de Fukushima llevaba parado y vacío más de tres meses. Por tanto, los rads o barras de combustible se encontraban a remojo en la piscina donde habitualmente se depositan. Pero como sabemos, en el edifico del Reactor 4 también se dio una extraña explosión. Según la información que nos ofreció la prensa generalista, la explosión se debió a la acumulación de Hidrógeno, el cual fue canalizado desde el reactor 3 al 4. En ningún momento se asoció dicha explosión a la piscina de combustible del Reactor 4, cosa altamente posible dado que dentro del edificio no se podría haber generado de ningún modo tal cantidad de gas.

Existen diversos sistemas de seguridad dentro de los reactores a través de los cuales liberar gases radioactivos a la atmósfera con la intención de aliviar la presión dentro de los mismos. Uno de ellos es el llamado SGTS, un sistema de evacuación de gas compuesto por una red de pequeñas tuberías. Es a este sistema al que se le achaca la trasferencia de gases al Reactor 4, cosa muy improbable puesto que para tal cometido se tendrían que haber puesto de acuerdo una gran cantidad de válvulas y llaves de paso consecutivas. Además, con un reactor en parada desde hacia meses, cabe suponer que ese sistema no estaría activado, dado que la vasija de contención del Reactor 4 se encontraba abierta e inundada de agua.

Son muchos los que suponen que la explosión del Reactor 4 se debió a otros motivos. A día de hoy en la comunidad científica existen diversas voces que remarcan el hecho de que el único lugar dentro del edificio de Reactor 4 que podría haber generado la explosión es la piscina del dicho reactor.

En innumerables ocasiones se han difundido imágenes y vídeos supuestamente de la piscina del Reactor 4. Destaquemos el supuestamente, porque a muchos genera suspicacias el hecho de que en ningún momento se nos haya mostrado el instante justo de la explosión. Disponemos de algunas imágenes del antes y del después, pero ni una sola del durante. Eso teniendo en cuenta el hecho de que, con toda seguridad, transcurridos unos días de las primeras explosiones y en plena alarma internacional, canales de televisión de todo el mundo, cámaras del OIEA y de la propia TEPCO se dieron cita frente a las instalaciones de Fukushima Daiichi enfocando a los reactores que todavía no habían explosionado.

El presidente de la NRC, el organismo regulador de la energía nuclear en los Estados Unidos, parece ser que tuvo que dimitir tras haber sugerido durante los primeros días de la crisis nuclear que la piscina del Reactor 4 estaba seca. Eso seria lo que había provocado el incendio de las barras de combustible, la acumulación de gases por la descomposición del zirconio, por lo cual tuvo lugar la consiguiente explosión. Si esto fuera cierto, significaría que la liberación se substancias radioactivas al medio ambiente ya se habría producido. Existen testimonios del NRC que realizaron exploraciones en el terreno en los primeros días. Estos exploradores nucleares afirmaron que la piscina del Reactor 4 estaba hirviendo. Se trataba concretamente la Misión Tomodachi, nombre de la misión norteamericana que tubo que realizar la inspección del estado del Reactor 4. La propia OIEA admite que en el lugar, tras las primeras horas de la explosión, se midieron en la zona 400 milisievert por hora (mSv/h), radiación que mataría a un ser humano en unas dos horas. Tal cantidad de radiación solamente es justificable por la liberación de compuestos de la piscina del manido reactor.

En las piscinas en buen estado se logran arrancar los así llamados fragmentos de fisión que se producen en la descomposición atómica. En ellas se producen fruto de la descomposición desigual de óxido de Uranio 235 los isótopos de Cesio 137 y Estroncio 90, los más peligrosos para el medio ambiente en términos de medio y largo plazo. Sus semividas intermedias oscilan alrededor de los 30 años, pero la semivida es el tiempo estimado para que los átomos pierdan la mitad de su potencial nuclear, por lo que siempre queda la mitad de la mitad irradiente y así sucesivamente. Eso garantiza que permanezcan en la naturaleza durante cientos, sino miles de años. La peligrosidad del Cesio 137 y el Estroncio 90 radica en que son elementos que se mimetizan en el metabolismo humano, siendo tomados por los organismos vivos como si se tratasen de Potasio y Calcio. Cabe también destacar que, en órdenes de magnitud, la cantidad de radiación contenida en esa piscina equivale a 14.000 bombas de Hiroshima.

¿Qué es lo que se ha hecho en la planta de Fukushima para protegernos de tal peligro global?

En estos momentos lo que se ha hecho es construir miles de depósitos que contienen 295.191 m2, casi 300 millones de Litros de agua contaminada, o unas 100 piscinas olímpicas llenitas a rebosar de fresh water según TEPCO. También se ha realizado una pared química para impedir las filtraciones de agua contaminada a las capas freáticas y de ahí al océano. Lo que les proporciona el regalito a los trabajadores de la planta de pisar charcos compuestos del zumo radioactivo que brota en ocasiones del suelo empantanado. Por suerte, sí se ha cumplido a rajatabla la promesa inicial de realizar un «edificio flotante» el cual alberga una grúa que desde Diciembre de 2013 está extrayendo las barras de combustible de la piscina del Reactor 4. Se trata de una acción que se debe realizar manteniendo en todo momento las barras sumergidas en agua para realizar las labres de extracción, lo cual es lento y laborioso. Si ya es difícil realizarlo en condiciones normales, la dificultad aumenta al trabajar en una estructura semiderruida. Podemos compararlo llanamente con la acción de extraer uno por uno los cigarrillos de un paquete de tabaco, estando dicho paquete arrugado tras salir del bolsillo de unos ajustados jeans.

De ahí las barras se llevaran a un almacén temporal de residuos, donde la desintegración radioactiva va haciendo que lo que un día era un elemento, en un tiempo devenga otro. Ya en Junio de 2011, Arnie Gundersen, de Fairewinds Energy Education, predijo lo que se tendría que hacer con las barras de la piscina del reactor, anticipando que se debería construir un edifico alrededor del edificio siniestrado y a continuación construir una grúa de grandes dimensiones, capaz de levantar pesos de unas 150 toneladas, con la cual extraer las barras. Algo parecido a lo que sucedió en Three Mile Island y que en aquella ocasión llevó unos 4 años para su total realización. Expertos como el profesor emérito de sociología Charles
Perrow, de la Yale University, en su artículo científico Negación Nuclear: de Hiroshima a Fukushima, afirma que las condiciones de extracción de las barras de combustible del Reactor 4 de Fukushima son tan peligrosas que si dos de las barras se llegaran a tocar entre si, el contacto provocaría una reacción incontrolada que requeriría la inmediata evacuación de Tokio. Al tener que dejar de refrigerar el resto de las barras se produciría indefectiblemente una fisión, y toda la humanidad se vería afectada durante miles de años.

El investigador David Suzuki asegura que Fukushima es aterrador y que se trata de la reacción más terrible que puede imaginar. La precariedad en el estado del edifico original es tan grande que podría colapsar con un terremoto de 7 grados en la escala de Richter. Incluso un terrorista provisto de un lanzagranadas RPG podría fácilmente destruir el edificio. Suzuki dice que ha visto un documento en el cual se explica que si el edifico del Reactor 4 colapsa, significaría el fin de Japón y la forzosa evacuación de toda la Costa Oeste de los Estados Unidos. La probabilidad de que un terremoto de tales características se produzca en la zona, es de un 95%.

En cuanto a lo relativo a la extracción de combustible, muchos dudan de que tal acción se pueda realizar. Tengamos en cuenta que se trata, por el momento, de pura teoría y que dicho ejercicio nunca a sido llevado a la práctica. Asimismo, el experto nuclear Arnie Gundersen y la doctora Helen Caldicott han manifestado en reiteradas ocasiones que la población debería evacuar en Hemisferio Norte si una de las piscinas de combustible de Fukushima se derrumbaba. El ex-embajador japonés Akio Matsumara, afirma que si las acciones no se realizan convenientemente,esto puede significar algún día el comienzo de la extinción de la vida en la Tierra. También argumentaba que la eliminación de las barras de combustible necesitará del empleo de décadas en lugar de meses. Imaginen que si, como algunos afirman, la piscina del cuarto reactor ya se volatilizó a las primeras de cambio y fue esa y no otra la causa de la explosión inicial en el edifico, ¿Esto significaría que nos encontramos ante la lenta extinción de la vida en el planeta?

A este respecto, quizás nos tranquilice saber que toda la basura radioactiva que se ha emitido a la naturaleza en las pruebas nucleares, accidentes varios, y el día a día del pérdidas de inventario y venteos preventivos de las centrales nucleares, en su conjunto superan con creces a los
Petabequereles (PBq) emitidos por la central nuclear de Fukushima.
Referencias:

http://www.finanzas.com/xl-semanal/magazine/20150322/soldados-malditos-fukushima-8244.html
http://ultimasnoticiasnew.blogspot.mx/2013/11/algo-esta-matando-la-vida-en-todo-el.html
http://thebulletin.org/2013/september/nuclear-denial-hiroshima-fukushima
http://www.fairewinds.org/
https://www.youtube.com/watch?v=wdTc4fQG_B0
Nathan Barjona es Licenciado en Historia de la Universidad Autónoma de Barcelona, con especialidad Ciencias de la Antigüedad y Edad Media, con un Máster en Historia de la Ciencia del CEHIC. Además, es lector recurrente de SOTT.net