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El presidente Barack Obama prometió durante un discurso en la Casa Blanca en junio que los 20.000 millones de dólares que él ayudó a cobrarle a BP para un fondo de compensación por el derrame de crudo compensaría a las víctimas "tan rápidamente, tan justamente y transparentemente como sea posible".

Ocho meses más tarde, no es así como le parece a mucha gente en la costa del Golfo de México.

Decenas de miles de pescadores, ostreros, empresarios, operadores de hoteles y peluqueros aún esperan pagos. Muchos otros cuyos reclamos han sido rechazados cuestionan la imparcialidad del proceso. Y sin los datos necesarios para determinar quién tiene la razón, fiscales generales y miembros del Congreso cuestionan la apertura.

Una revisión de la Associated Press que incluyó entrevistas con expertos legales, funcionarios del gobierno y más de 300 residentes de la costa del Golfo encontró un proceso acosado por formalidades burocráticas y demoras, y en el centro de todo un administrador del fondo cuyos lazos con BP han causado cuestionamientos sobre su independencia.

Ahora, la insatisfacción ha llegado a un punto candente: Legisladores en Washington están demandando que la Casa Blanca intervenga, y la gente más afectada por el desastre de Deep Horizon están amenazando con acudir a las cortes si no se implementan los cambios que ellos buscan del administrador Kenneth Feinberg.

"Muchas promesas fueron hechas por Feinberg y el presidente Obama de que sería un proceso abierto, y yo simplemente no pienso que ha sido así", dijo el representante republicano por Luisiana Steve Scalise. Feinberg, el abogado de Washington que administra el fondo y fue elogiado por su trabajo supervisando el fondo de compensación para las víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, insiste en que él ha sido justo.

Reconoce que el sistema está trabado por el enorme volumen de los reclamos, junto con pedidos injustificadamente grandes. Entre ellos: Una persona presentó un reclamo por los 20.000 millones de dólares, mientras que otro solicitó 10.000 millones; el capitán de un barco buscó reembolso por ingresos perdidos por él y cuatro marineros, pero resulta ser que él no tenía marineros; y un pescador dijo que había perdido un mes en el agua, pero su embarcación tenía un agujero y estaba en tierra antes del derrame.

Feinberg dijo recientemente que pensaba que el Golfo de México va a recuperarse del derrame para el fin del año y que no creía que sería necesario todo el fondo para compensar a las víctimas. Solamente la mitad de los 20.000 millones deberá ser suficiente, dijo.

"En general, pienso que el programa ha funcionado bien", le dio Feinberg a la AP. "Pienso que el programa ha sido bien transparente".

El fondo y la agencia de Feinberg, la Gulf Coast Claims Facility, fueron una respuesta extraordinaria a una situación extraordinaria - más de 758 millones de litros de crudo derramados de un pozo kilómetro y medio debajo de la superficie del mar, afectando la costa desde Florida hasta Texas. Lo normal en casos de derrame de petróleo es que la parte responsable - BP en este caso - pague los reclamos directamente.

BP hizo eso hasta agosto del año pasado, cuando le entregó el proceso a Feinberg como parte de la promesa del presidente de que los pagos serían en adelante "administrados por una tercera parte imparcial e independiente".

Hasta ahora, casi 490.000 reclamos han sido presentados, y aproximadamente la mitad han sido rechazados. El fondo ha entregado 3.400 mil de dólares a 169.000 reclamantes. Casi todo el dinero ha sido entregado en forma de pagos de emergencia por pérdidas a corto plazo o cheques entregados a cambio de promesas de no demandar.

Hasta la fecha, solamente dos arreglos finales por pérdidas a largo plazo - incluyendo un pago de 10.000 millones de dólares a un asociado de BP que el fondo se niega a identificar - han sido pagados.

Aunque el gobierno ayudó a obligar a BP a establecer el fondo, no incluyó un mecanismo de supervisión de las operaciones de Feinberg, que no están sujetas a las leyes federales o estatales de registros abiertos. Citando requerimientos de confidencialidad, Feinberg rechazó pedidos de la AP de información sobre quiénes reciben el dinero, no por nombre y dirección, sino por condado, ocupación, y cantidad solicitada versus cantidad entregada.

Sin esa información, no ha forma de verificar independientemente si el total pagado hasta ahora es muy poco, si aquellos recibiendo el dinero son los que lo necesitan más y si BP está influyendo en el proceso. Existen algunas sospechas de que eso es lo que está haciendo el gigante petrolero: Feinberg le dijo a la AP que el fondo no revisó el reclamo de 10 millones pagado al asociado de BP, aunque él ha insistido en que todos los otros pedidos sean revisados. Dijo solamente que BP le pidió que hiciese el pago y él lo hizo.