Si EE.UU. quiere de verdad detener la implantación del califato, que aspira a crear un "estado islámico perfecto" al destruir a los países de Oriente Medio, "tendrá que dejar en paz" al presidente sirio Basharl al Assad, sostiene el columnista Piotr Akópov en el diario Vzglyad.

"No existe otra receta para poner fin a la guerra en Siria y, por tanto, mantener el mapa actual de Oriente Medio. Y si EE.UU. quiere realmente detener el califato, tendrá de cualquier manera que dejar en paz a Assad", afirma Akópov en un artículo para Vzglyad. El gran juego en la región ha entrado en una nueva fase. Después del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, la guerra en Siria y el califato islámico son el foco de atención principal, recuerda Akópov. Moscú llama a formar una nueva coalición anticalifato, mientras que los opositores de Bashar al Assad insinúan que el Kremlin supuestamente está preparado para reducir su apoyo al presidente sirio.
bashar al assad
© HO / SANA / AFP

Rusia, subraya el experto, establece claramente las prioridades: primero, hay que combatir el califato islámico, que está extendiendo rápidamente su influencia y controla una parte importante de Siria e Irak, y luego proporcionar a los sirios las condiciones necesarias para la reconciliación nacional.

Según el experto, EE.UU. no va a combatir al califato islámico: lo "prefiere hacer con manos ajenas". Sin embargo, Teherán y Moscú se niegan a ingresar en la coalición anticalifato creada el año pasado, debido a sus discrepancias sobre Siria. "Si estamos juntos contra el califato, entonces por qué seguís buscando el derrocamiento de Assad, pregunta Moscú a Washington. Y aunque la respuesta 'Assad es la raíz de todos los males' ya no satisface a los propios estadounidenses, no dejarán de exigir su retirada".
¿De qué clase del gobierno sirio futuro se puede hablar si en el caso del mayor éxito del califato no existirá la propia Siria?
Está claro que el problema de Assad es secundario: "Es imposible no entender que el régimen de Assad nunca ha representado y no representará una amenaza a las fronteras existentes en la región, a diferencia del califato", insiste. "Por lo tanto, existe la sospecha de que EE.UU. está jugando un doble juego: verbalmente se opone al califato, pero de hecho está interesado en su fortalecimiento, al menos hasta que caiga Assad. Es decir, EE.UU. extraoficialmente establece prioridades: primero, lograr la retirada del régimen prorruso y proiraní en Damasco, y luego unir a todos para destruir el califato".

La prensa estadounidense y turca insinúa que Rusia supuestamente se olvidó de Assad, pero "Moscú nunca ha estado particularmente obsesionado con él". "Rusia siempre ha dicho que es necesario dejar a los sirios decidir su futuro", afirma Akópov. "Lo más importante es detener la guerra y, a continuación, sentar a los sirios a la mesa de negociaciones durante las cuales acordarán la futura estructura de su poder. El formato del futuro gobierno de coalición, el equilibrio de poder entre sunitas y alauitas es objeto de negociaciones difíciles y prolongadas, pero son inútiles mientras el califato siga creciendo. ¿De qué clase del gobierno sirio futuro se puede hablar si en el caso del mayor éxito del califato no existirá la propia Siria?"