Los dirigentes occidentales han perdido su visión estratégica, favoreciendo objetivos a corto plazo, entre ellos el de "destruir a Rusia", lamenta en una entrevista con The National Interest el exsecretario de Estado estadounidense Henry Kissinger.
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"Destruir a Rusia se ha convertido en un objetivo, cuando el propósito a largo plazo debería ser integrarla", afirma Kissinger.

A la respuesta del veterano político, el editor de la revista, Jacob Heilbrunn, comenta que "hemos visto un retorno, al menos en Washington DC, de los neoconservadores y halcones liberales que están determinados a romperle el espinazo al Gobierno ruso".

"Hasta que se enfrenten a las consecuencias", responde Kissinger.

Para el exsecretario de Estado, "el problema con las guerras de América desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ha sido el fracaso a la hora de relacionar la estrategia con lo que era posible a nivel doméstico".

"Las cinco guerras que hemos librado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial comenzaron con un gran entusiasmo, pero al final los halcones no vencieron, al final estaban en minoría", opina.

Según Kissinger, los Estados Unidos no deberían "implicarse en conflictos internacionales si al comienzo no podemos describir el final, y si no estamos dispuestos a sostener el esfuerzo necesario para conseguir ese fin".

En la entrevista, el exsecretario de Estado también se refirió al conflicto en Ucrania.

"La cuestión no es sacar a EEUU del impase ucraniano, sino resolverlo de una manera que conduzca al orden internacional", valora.

Kissinger cree que "han de reconocerse una serie de cuestiones".

La primera, afirma, que "la relación entre Ucrania y Rusia siempre tendrá un carácter especial en la mente de los rusos".

"No puede limitarse a una relación de dos Estados soberanos tradicionales, no desde el punto de vista ruso, quizá ni siquiera desde el punto de vista de Ucrania", valora.


Comentario: Ucrania tiene de estado soberano lo que EEUU tiene de democrático. Y en gran parte fue gracias a este último y sus lacayos occidentales.


Kissinger considera que "lo que ocurre en Ucrania no puede resolverse con una simple fórmula, aplicar los principios que funcionaron en Europa occidental, no tan cerca a Stalingrado y Moscú".

En este contexto, "uno ha de analizar cómo ocurrió la crisis en Ucrania", agrega.

"No es concebible que Putin gaste sesenta mil millones de euros convirtiendo un destino de turismo veraniego en una villa olímpica para los Juegos de Invierno solo para comenzar una crisis militar una semana después de una ceremonia de clausura que presentaba a Rusia como parte de la civilización occidental", asevera Kissinger.