Rodolfo Llinás
© Milton Díaz / CEETRodolfo Llinás, experto de la neurociencia y la neurofisiología
Se inaugura en Maloka la sala interactiva 'Movimiento: la energía del pensamiento'.

Desde hoy se abre la posibilidad de comprender los procesos del pensamiento y las funciones del cerebro, de la mano de los investigadores Rodolfo Llinás y Roberto Amador, médico neurólogo y actual director del Departamento de Patología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.

Sus aportes científicos sobre la forma como opera este órgano se concentran en la nueva sala interactiva de Maloka 'Movimiento: la energía del pensamiento', abierta al público desde hoy.

El objetivo, según el científico Llinás, es explicarles a los visitantes, de forma amena y clara, la evolución y las funciones del cerebro. "El cerebrario es una estructuración basada en mi libro 'El cerebro y el mito del yo'; mis colegas lo introdujeron en una realidad física", explica este humanista y genio de la neurociencia y la neurofisiología.

"La gente no solo va a saber qué es el cerebro, también va a poder decir 'soy mi cerebro', pues la mayoría no lo sabe", agrega Llinás, director del Departamento de Fisiología y Neurociencia de la Universidad de Nueva York.

Precisamente, en 'El cerebro y el mito del yo' Llinás defiende la teoría de que los seres humanos son su cerebro, pues en él se generan su autoconciencia y el yo de cada uno. Los pensamientos, las emociones, la conciencia de sí mismos o el 'yo' son estados funcionales del cerebro.

Y esto se refleja en la sala inaugurada ayer, donde, a través de experiencias interactivas, audiovisuales, cómics y personajes virtuales y reales, los visitantes podrán entender conceptos simples, como el desarrollo cerebral a partir de la necesidad de movimiento de los seres vivos para alimentarse, huir o defenderse.

"Lo que hemos dado en llamar pensamiento es la interiorización evolutiva del movimiento. El control cerebral del movimiento organizado dio origen a la generación y naturaleza de la mente", indica Rodolfo Llinás.

¿Cómo se potencia el desarrollo del cerebro en los primeros años?

Al niño hay que explicarle las cosas, no decírselas simplemente. Es necesario ayudarlo para que no le dé pena preguntar y cuando pregunte, responderle. Ya con esto está el 90 por ciento hecho.

¿Por qué es importante este estímulo cerebral y cómo se refleja esto en la educación y el aprendizaje?

Si los padres responden bien, los niños empiezan a entender que se puede confiar en ellos y que se pueden comunicar. Los maestros son la continuación de la educación de la casa y si los maestros y los padres van en este mismo propósito, se hace un tránsito indoloro y muy productivo a la educación.

¿Cómo califica hoy la educación en Colombia?

Podría ser mejor... Imagínese que los profesores no fueran los dueños del conocimiento sino los guías, se mejoraría el 50 por ciento de la educación solo con esta posición.

¿En qué estamos fallando, entonces?

Están fallando en que los profesores tienen un conocimiento y se lo transmiten a los niños, pero no deben actuar como dueños del conocimiento. Deben ser guías. Deben dejar que sus alumnos piensen, creen, inventen...

¿Para usted qué es una educación con calidad?

Esa en la cual la persona no se llena de conocimientos, pues el conocimiento son detalles; es esa que enriquece intelectualmente, que le permite adquirir una concepción general de lo que es el universo y de lo que quiere, es decir, la educación ante todo es contexto y luego contenido.

¿Y aquí no hacemos contexto?

Sólo contenido y pocos conceptos...

¿Y cómo se logra este contexto?

Pensándolo muy bien y teniendo una buena educación como educador.

¿Cómo ligar la buena educación con una la producción científica del país?

Aquí se producen menos de tres patentes por millón de habitantes... Para poder hacer patentes hay que tener no solo conocimientos y equipos, también gente a la que se le deje inventar, a la que se le deje pensar, y que no generen patentes que no valen la pena, porque cuestan plata y si no sirven; así se pierden la plata y el tiempo. Hay que enseñarle a la gente a pensar y que invente sus propias soluciones. Si eso se hace, entonces hay patentes.

¿Qué tiene la sala?

A través de experiencias interactivas, audiovisuales, cómics y personajes virtuales y reales, los visitantes podrán entender conceptos simples como el desarrollo cerebral a partir de la necesidad de movimiento de los seres vivos para alimentarse, huir o defenderse.

La parte central del recorrido es un salón en forma de domo para 40 personas en donde la gente se encuentra con Leonardo, un ingeniero curioso, que tiene la intención de fabricar un aparato que simule el cerebro, y que es interpretado por un actor. Él está acompañado de dos personajes virtuales que explican todo el proceso de funcionamiento cerebral.

El cuarto personaje es el mismo público, que comienza a sorprenderse con su propio cerebro. La gente puede encontrar una rayuela que se distorsiona (no es una proyección fija) y despista a los patrones de comportamiento del cerebro, unas gafas que hacen que todo lo que está del lado derecho se vea al lado izquierdo, las neuronas en espejo, mecanismo que permite ponerse en el lugar del otro e imitarlo y videos de personas que bostezan o ríen a carcajadas para causar el mismo efecto en los visitantes.